Amando de Ossorio, el último templario

Amando de Ossorio, el último templario (Amando de Ossorio, o último templario, 2001, España)
Dirección: Xosé Zapata
Productor: Borja Pena y Hugo Lasarte
Postproducción: Eduardo Gabin
Cámara: Romano Aticus
Sonido: Alberto Beade
Género: Documental
Sinopsis: Pues eso, un documental que repasa la vida, obra y milagros de Amando de Ossorio (a Coruña, 1918-Madrid, 2001), autor de la tetralogía de los zombies templarios ("La noche del terror ciego", "El ataque de los muertos sin ojos", "El buque maldito" y "La noche de las gaviotas") y uno de los mejores directores del cine de terror español serie B de los años 70, cuya dedicación, amor y esmero por este género nuestro tan querido por todos nosotros le costó muchos sufrimientos y malos rollos, pero él ahí, al pie del cañón, luchando contra viento y marea para trasladar su visión del horror y la fantasía a las pantallas no solo españolas sino del resto del mundo, cosechando un éxito internacional gracias a su buen hacer y al carisma de sus películas que superaban con creces los limitadísimos recursos materiales con los que disponía. El documental tiene escenas de sus películas y entrevistas a gente del mundillo como Paul Naschy (aunque sale muy poco), Carlos Aguilar, Rafa Calvo (coautor de la biografía del director) y por supuesto del propio Amando de Ossorio, que el tío no se corta un pelo y da su opinión sincera sobre sus películas y sobre la industria cinematográfica que padeció en sus años mozos.

Si el cine de género ya de por sí está mal visto en España, siendo ninguneado y ridiculizado incluso en la actualidad, no digamos ya el cine de terror español de los años 60 y 70, encabezado por Jesús Franco, Paul Naschy y nuestro Amando de Ossorio. Sí, era cine exploitation, cine muy comercial que abusaba del sexo y la violencia de una manera vergonzante; sí, era un cine bastante cutre porque no tenía suficiente dinero para desarrollar unos efectos especiales decentes y las películas debían hacerse en un tiempo record; Sí, era un cine que a nivel técnico no se podía comparar con las películas realizadas en otros países. No obstante, a pesar de todas estas carencias, estas películas ridiculizadas hasta la nausea estaban realizadas con una dedicación, un amor y un sacrificio imposible de igualar por otros directores a nivel mundial. Amando de Ossorio amaba el cine y sobretodo amaba el cine de terror y tenía una imaginación portentosa para desarrollar muchísimas historias sobre el género (ahí están las decenas de guiones que nunca pudo rodar pero que él escribía porque se lo pedía el cuerpo). Si Amando hubiera nacido en Estados Unidos o en Gran Bretaña, seguro que hubiera realizado un montón de películas de terror para la Hammer o para Roger Corman, pero como nació en España, tuvo que joderse bastante y amoldarse a las limitaciones patrias, tanto de censura franquista como de la caradura de los productores, que querían pelotazos comerciales sin un mínimo de calidad. Y Amando aprendió por las malas esta lección: su opera prima se titula "La bandera negra" y es un alegato contra la pena de muerte (y recordemos que en la España franquista había pena de muerte por garrote vil). Amando fue vetado de la dirección durante bastantes años y sólo pudo regresar a la industria pasando por el aro y realizando películas infumables demandadas por la ignorancia de los productores. No obstante, llegó a España el boom del cine de terror y Amando aprovechó la oportunidad para revolucionar el género y crear su propia mitología dentro del mismo, inventándose un monstruo que es zombie, vampiro, momia, espadachín y degenerado sexual, todo a la vez: nuestros adorables caballeros templarios, bebedores de sangre de campesina virgen y amenaza del mundo rural. Y el invento fue un éxito, porque a pesar de todas las descalificaciones vertidas por intelectuales gafapastas, la memoria de las películas de Ossorio aún pervive, siendo atesoradas con cariño por millones de fans en todo el mundo, porque son películas divertidas, entretenidas y, sobre todo, cómplices con el espectador.
Resumiendo: el documental está muy bien pero es muy corto, no llega a la media hora. Se echa de menos un análisis más exhaustivo de la filmografía del director (o al menos de la tetralogía templaria). Aún así, el documental cumple a la perfección su objetivo: reconocer la labor meritoria de Amando de Ossorio en el cine de terror español, siendo uno de sus grandes creadores.
Aquí os dejo el trailer del documental, cortesía de IBCINEMA.


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