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Sexykiller. Morirás por ella

Sexykiller. Morirás por ella (Sexykiller. Morirás por ella, 2008, España)
Dirección: Miguel Martí
Productora: Ensueño Films
Guión: Paco Cabezas
Música: Fernando Velázquez
Fotografía: Carles Gusi
Género: pues una mezcla indigesta de todo lo que le gusta al director, supongo: psychokillers, gore plan Saw, cutre-zombies, mad doctors y comedias universitarias
Intérpretes: Macarena Gómez, César Camino, Ángel de Andrés López, Alejo Sauras, Paco León
Sinopsis: Bárbara es una estudiante de medicina que está fatal de la cabeza porque además de ser una pija repelente es una asesina en serie que mata a la gente según su trastocada escala de valores (dominada por las tendencias de la moda). Como la muchacha le ha cogido gusto al cuchillo, deja el suelo de la facultad llena de cadáveres y como uno de los muertos es el forense, la policía debe pedir ayuda a dos estudiantes de medicina que están haciendo la tesis doctoral (que consiste en crear una máquina que proyecta los pensamientos de la gente). A todo esto, pasa el Luisma con un coche tuneado, le atropella el perro a la asesina y está le cuenta toda su vida (después de clavarle un cuchillo, of course).

Decir que "Sexykiller" es una de las peores películas de la década quizás sea una afirmación un poco gratuita, pero la verdad es que la peli es un rato mala, tirando a infumable. Aunque a nivel técnico la película es decente, a nivel artístico es un horror informe de Shubb-Niggurath. Para empezar, mi Macarena Gómez está fatal en un papel abominable e incongruente más malo que un dolor. ¿De verdad cree el director que podemos empatizar con un personaje tan superficial, tan frívolo, tan pijo y tan egocéntrico? ¡por favor! Bárbara es un personaje odioso y lo único que queremos es que la maten de una vez para que dejé de hablar como una cotorra diciendo chorradas presuntamente graciosas o sofisticadas. Más que un personaje, Bárbara es una caricatura que no resiste ni un análisis morfológico ni sintáctico, y cuando el director pretende darle un poquito de profundidad con la tontería de "El escorpión y la rana" queda todo muy ridículo, pretencioso y visto un millón de veces antes. Por todo esto, Macarena Gómez (una estupendísima actriz) fracasa al intentar sacar a flote un papel que no tiene ni pies ni cabeza y que quizás solo podría haber tenido éxito si lo hubiera interpretado una auténtica pija mediática, como Chabeli Iglesias o Tamara Falcó. El resto de personajes también son estereotipos pobremente ingeniosos que hacen avanzar la trama a trompicones. De la quema sólo se salvan César Camino (en su papel de empollón friki que no se come ni una rosca) y Ángel de Andrés Gómez (interpretando a un policía corrupto), porque el resto del elenco da penita, como Alejo Sauras de "Los Serrano" o Paco León de "Aida" (que si buscas "encasillamiento" en un diccionario, sale la foto de estos dos cogidos de la mano).
El argumento también es un mojón como una catedral, ya que es un refrito de las filias del director, que mezcla con desparpajo estilos y géneros. Las cuatro grandes "influencias" del film son "Romy y Michele" de David Mirkin (por su exaltación del pijerío y de la lobotomía frontal juvenil), "American Psycho 2" de Morgan J. Freeman (cuya protagonista era una estudiante universitaria psicótica), "El terror llama a su puerta" de Fred Dekker (por su escena final con zombies) y, por supuesto, "Re-animator" de Stuart Gordon (por todo el tema de resucitar a los muertos). Tal potaje de ideas y conceptos queda fatal, otorgándole al film un aire muy de cineasta aficionado que pone en la peli todo lo que le gusta, aunque no pegue ni con cola. Exceptuando alguna escena gore muy bien hecha, y algún que otro chiste fácil (de la mano de Luisma), el resto de la película es previsible y aburrido.
Y poco más hay que contar. "Sexykiller" pretende ser una película de humor, pero no hace ni puta gracia; pretende ser una película de terror pero no asusta; y pretende ser una película satírica con los valores imperantes actuales, pero la sátira es más bien una apología de lo que pretende criticar. Que no hay por dónde cogerla, vamos.
Aquí os dejo el trailer de la película, cortesía de abandomoviez

hora fría, La

La hora fría (La hora fría, 2006, España)
Dirección: Elio Quiroga
Productora: Eqlipse P.C.
Guión: Elio Quiroga
Música: Alfons Conde
Fotografía: Ángel Luis Fernández
Género: Apocalíptico Nihilista, con zombis-infectados, holocaustos nucleares y unos bichos que por lo visto dan mucho frío
Intérpretes: Silke (más inexpresiva que un canto rodado), Carola Manzanares (¡promiscuos!), Jorge Casalduero (militar locuelo), Omar Muñoz (el niño insufrible), Nadia de Santiago (la joven que descubre el amor) y Pepo Oliva (interpretando a un Chanquete apocalíptico).
Sinopsis: El futuro de la humanidad está fatal. Tras salir ilesos de una guerra químico-nuclear planetaria, los ultimos supervivientes, todos con nombres bíblicos, intentan sobrevivir en un bunker subterráneo perdido de la mano de dios. A pesar de que se han adaptado bastante bien a las limitaciones de su nueva vida (allí el que no moja es porque no quiere), los pobres están asustaditos perdidos por varios motivos. Para empezar, el bunker está rodeado por unos cientos de zombies-infectados que con solo tocarte te conviertes en uno de ellos y eso no mola; por otro lado, algunas noches hace un frío que pela y por los pasillos se da una vuelta un ente extraño mitad nube tóxica mitad licor del polo, que además de congelar las paredes da mucho miedo y los supervivientes se encierran en sus habitaciones y ya que estamos, arriman cebolleta sexual. Pues bien, entre pitos y flautas, el personal no sabe si seguir viviendo a la sopa boba o explorar el bunker (que por lo visto mide cientos de kilómetros) en busca de supervivientes. Pero claro, después de tanto tiempo bajo tierra, alguno de ellos se está volviendo loco perdido ¿adivináis quién es? ¡el militar, por supuesto!

Amigas y amigos, no hay nada que asuste más al ser humano que la ausencia de finalidad en nuestras vidas. Por ello, las películas apocalípticas se disfrutan con una delectación morbosa y autosodomita, porque en ellas hay nihilismo a punta pala y el espectador experimenta a través de los personajes de la peli el FIN (con mayúsculas) de todo lo que nos rodea y nos hace seres humanos: nuestra sociedad, nuestras leyes, nuestro trabajo, nuestros lugares de ocio, nuestras relaciones de amistad, de familia o de pareja y, por último, nuestra propia identidad. Por eso, si a la ecuación del fin del mundo se le añade una epidemia zombi, el disfrute se eleva a un millón y pico. "La hora fría" de Elio Quiroga narra el fin del mundo y además tiene zombis ¿es por ello una buena película apocalíptica y una buena película de zombies? Ni mijita, nasti de plasti, ni hablar del peluquín. Podría haberlo sido, pero como dijo un gran filósofo "con las cosas de comer no se juega", y con el género apocalíptico, tampoco. A la hora de contar su historia de apocalipsis y zombies, Elio Quiroga decide darle un tono de cuento de niño de 5 años que además tiene su moraleja edificante y todo: que los seres humanos semos muy malos y estamos condenados a matarnos los unos a los otros por nuestra ignorancia y bestialismo. Además, la peli también cuenta con un tono mesiánico-simbólico pretencioso y pelín tostón que carece de lógica interna y que entorpece la trama más que enriquecerla. Por todo esto, los principales defectos del film son su indeterminación argumental constante, su rumbo despistado y caótico y su tono simbólico con fanfarria incluida que ahoga el realismo necesario para que la historia funcione. Y de los actores mejor no hablar.
Bueno, ya que estamos, hablemos un poco de los actores. Para empezar tenemos a ese pseudo-mito erótico de finales de los 90, Silke, con menos gracia y peores dotes para la interpretación imposibles. Su inexpresividad gestual y su voz monocorde hacen de la actriz una incognita en esto del cine aspañol y de provincias, que aún me pregunto porqué la siguen llamando para hacer películas. Afortunadamente, para salvar el lado femenino del largometraje, están Carola Manzanares en su papel de madre coraje y Nadia de Santiago, con el papel de adolescente de manual con más tópicos que un chiste de jaimito, pero como la muchacha es buena actriz, se lo perdonamos y le echamos la culpa al guionista. El lado masculino del reparto parece que son todos del club de la barba abundante, porque todos parecen el osito Misha con tanto pelo en la cara. Que sí, que vale, que llevan un porrón de años bajo tierra y que a lo mejor no tienen maquinillas de afeitar, pero es que, exceptuando al niño insufrible e insoportable con más gachas que un plato de idem y a Pepo Oliva en su papel entrañable y sabio de abuelito Chanquetero, todos los tíos de la película se parecen un montón, formando un cast monolítico y clónico que a nivel estético aburre bastante por su monotonía. No obstante, a nivel interpretativo, más que jipis parecen bastante pijos, que sólo les falta el "osea" y "te lo juro por snoopy y por mi polito de Lacoste", restando bastante verosimilitud al asunto.
Bastante inverosímil es también el argumento de la película, que no hay por dónde cogerlo de manera realista. Dejando a un lado todos los detalles "new age buen rollito", la película posee un guión tópico y previsible (que levanten la mano todos aquellos que sabían que el militar se iba a volver malo) además de enchufarnos un culebrón sentimentaloide de no te menees con los novios, ex-novios y la bisexualidad. En cuanto al misterio que da nombre a la película, no queda muy claro qué cojones son los bichos que dan tanto frío ¿quizás los verdaderos inquilinos del lugar que quieren echar a los humanos de su casa? Ni idea, lo único que ve el espectador es una situación efectista sin mucho contenido: llega la hora fría, todos se encierran en sus habitaciones con cara de miedo y poco más. Lo mejor de la película es cuando el director deja atrás tanta pretenciosidad, simbolismo y ñoñería y nos cuenta de una vez la historia que el espectador espera ver: un relato realista de las aventuras y desventuras de unos supervivientes de una guerra nuclear. Ahí está el tomate de la película y no tanto rollo con los nombres bíblicos ni con el niño toca-narices grabando a todos con la cámara de video (o sea, que cuchillas para afeitar no tienen, pero una cámara digital sí). En ocasiones, el director consigue reflejar la desesperación y la angustia de la situación, evidenciando el camino sin rumbo de sus personajes. También hay alguna escena de tiros resultona y la sorpresa final de la película tampoco está nada mal, pero por sí sola no sirve para levantar el entusiasmo y el interés de la película.
Resumiendo: los experimentos, con gaseosa. Si Elio Quiroga quería contar una historia de terror simbólica, metafórica o empapada de realismo mágico, pues me parece estupendo, pero que no maree al espectador con incongruencias ni chorradas de serie de televisión de adolescentes promiscuos. "La hora fría" podría haber sido una gran película de género si el director se hubiera centrado en los aspectos más realistas del tema, pero desgraciadamente todo degenera en un melodrama incongruente que quiere abarcar mucho pero que apenas aprieta nada.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de LHF01.

Beyond Re-Animator

Beyond Re-Animator (Beyond Re-Animator, 2003, España)
Dirección: Brian Yuzna
Productora: La Fantastic Factory (que dios nos coja confesaos)
Guión: José Manuel Gómez y Miguel Tejada Flores, basado en los personajes y situaciones creados por Stuart Gordon, que a su vez están basados en una serie de relatos de terror de H.P. Lovecraft
Música: Kavi Capellas
Fotografía: Andreu Rebés
Género: Pues una mezcla de "Celda 501" de Monzón y "Todos a la cárcel" de Berlanga, pero en nefasto
Intérpretes: Jeffrey Combs, Jason Barry, Elsa Pataky, Simón Andreu y Santiago Segura haciendo el ganso
Sinopsis: El profesor Herbert West tiene más vidas que un gato y después de que una cripta se le cayera encima, el muchacho sigue rompiendo los límites de la vida y la muerte con sus jeringas de color verde fosforito. Como es habitual en sus experimentos, uno de sus engendros escapa y mata a una muchacha ante la atenta mirada de su hermano pequeño, pero esta vez la policía captura a West y lo entrulla en la cárcel pa los restos. Por el camino, al profesor se le cae la jeringuilla con el líquido vivificante y ¿adivináis quién lo coge? Pues el hermano pequeño de la chica asesinada (que se llama Howard Phillips), que por lo visto se quedó obsesionado con la desaparición de su hermana y decidió estudiar medicina a saco. 13 años después, el chavea ya es un doctor hecho y derecho y se incorpora a trabajar en la cárcel donde está preso Herbert West, entre otras cosas para proseguir con las investigaciones resurrectoras con la ayuda del infame profesor, porque Howard Phillips es muy bueno y lo que quiere es ayudar a la humanidad entera con el líquido verde. Herbert West no es tan ambicioso y se conforma con reanimar a alguien sin armar un cristo.

"Beyond Re-Animator" es un buen ejemplo de como un proyecto prometedor puede convertirse en un montón de mierda. ¿Cómo es posible hacer una película taan mala partiendo de una base tan solvente como la original e inolvidable "Re-Animator", dirigida por Stuart Gordon, y "La novia de Re-animator", una película dirigida correctamente por Brian Yuzna que aunque no era tan brillante como su predecesora estaba al mismo nivel en humor, gore y gamberrismo? Porque no nos engañemos, aunque los efectos especiales y la puesta en escena sean correctas, "Beyond Re-Animator" es mala, mu mala, mala de solemnidad, que no lo arregla ni la participación en el reparto del mismísimo Jeffrey Combs ni de la potente Elsa Pataky enseñando muslamen ni de Santiago Segura Superstar (que como showman no tiene precio, pero le sacas de su Torrente y el tío te hace unas interpretaciones de pena). No es que el guión sea malo (que lo es) ni que los actores lo hagan fatal (que vaya si lo hacen), el problema es que el proyecto poco o nada tiene que ver con la verdadera esencia de la saga "Re-Animator", quedando todo más falso que una moneda de tres caras y dejando al fan de toda la vida con una sensación de que le han estafado cosa mala y que han jugado con sus dulces recuerdos de juventú (y de atraer a nuevos espectadores, mejor no hablar).
Para empezar, el personaje de Herbert West está totalmente descafeinado y apenas vemos en él el genial histrionismo, gandilocuencia y amoralidad que tanta fama le dieron en las películas precedentes. Durante toda la película, el actor Jeffrey Combs se limita a fruncir el ceño, arquear la boca y hacer alguna que otra gracieta y tira millas (así debía de ser su sueldo). A veces hace acto de presencia el viejo y querido West (cuando hace algún comentario misógino o cuando le inyecta el líquido al alcaide, sin pensar en las consecuencias) pero son oasis en un inmenso desierto interpretativo. Lo que debía ser el punto fuerte de la película se convierte en una de las mayores decepciones. Por otro lado, la comparsa de Herbert West es un niñato que no tiene ni media hostia, que sustituye con muy poca fortuna al primo-hermano de Jesulín de Ubrique, Bruce Abbot (al menos lo mentan en la película). A pesar de que Howard Phillips (si te tengo que explicar por qué le han puesto este nombre al personaje, apaga y vámonos) tiene una motivación muy interesante y depravada para proseguir las investigaciones de West, esto es, el amor incestuoso por su hermana asesinada (¡cuánto juego podría haber dado en manos de un guionista avispado y sin escrúpulos!), al final tan prometedora premisa se diluye en los habituales lloriqueos del gilipuertas ante los primeros horrores y en los previsibles jincamientos con la escultural (que no es lo mismo que es-cultural) Elsa Pataky, que menos mal que la actriz de doblaje Ana Pallejà le ha prestado la voz, porque de esta manera la Pataky es más soportable a nivel no-cárnico, que la muchacha está que cruje pero de interpretación anda escasa y para más inri su personaje es aburrido y se ve a la legua lo que le va a pasar. En cuanto a la chorrada tipo "Doctor Jeckyll y Mr. Hyde", habría que hacer una castración química al listo que perpetró esa idea.
En cuanto al argumento, yo tampoco pido que sea "Crimen y Castigo 2" pero ¡por favor! un poquito más de imaginación y salero, que el cogollo de la película se puede resumir en una servilleta. Con la de tópicos que tienen las películas de cárceles, la historia podría haber sido muchísimo más divertida e interesante. La peli empieza bien, con ese correcto prólogo que no es para lanzar cohetes pero al menos da lo que promete: un re-animado matando a una muchacha que segundos antes tenía la cabeza de su hermano entre los muslos (¡!). Después tenemos la presentación de los personajes, y es aquí cuando la cosa empieza a oler a chamusquina, que éste no es mi re-animator, que me lo han cambiado. Y a partir de aquí, mogollón de escenas presuntamente cañeras pero que aburren bastante. Brian Yuzna se esfuerza en intentar conseguir el tono salvaje y gamberro de las anteriores películas, pero lo único que consigue son escenas confusas, atropelladas y gratuitas. Si ya en "La novia de Re-Animator" la masacre final era un pelín decepcionante, en "Beyond Re-Animator" las escenas gore son aburridas (no despiertan el más mínimo interés), predecibles (sabes lo que va a pasar) y monótonas (siempre lo mismo). Y que conste que no me quejo de los efectos especiales sino de la sosez del despliegue de babas, sangre y vísceras, que parece que lo hacen con desgana y todo. El ¿humor? de la peli es también de juzgado de guardia, basado en golpes de efecto carentes de gracia, como la ridícula transformación ratonil del Alcaide (interpretado por el veterano Simón Andreu, que en esta ocasión está totalmente fuera de lugar) y las gracietas varias de Santiago Segura (que resulta cansino).
Y poco más puedo decir de esta película. "Beyond Re-Animator" es una decepción total. A pesar de contar con alguna escena divertida y gamberra (como la del pene karateka), momentos interesantes (como el de la mano contorsionista de Elsa Pataky o su destino final) y un trabajo técnico muy profesional, el conjunto es un mojón de los que hacen época. En algún lugar he leído que Brian Yuzna está planeando una nueva trilogía de la saga Re-Animator, (como si ya no hubiera hecho bastante con esta última). Pues bien, Yuzna, rézale a Santa Lucía para que te aclare la vista, porque si no a la próxima te capan...
Bueno, ya os he contado mi versión. Ahora le toca a Brian Yuzna y a su gente. Aquí os dejo el Making of de la película, cortesía de Vimesy.


Rabia

Rabia (Rabid, 1977, Canadá)
Dirección: David Cronenberg
Guión: David Cronenberg
Género: Infectados rabiosos con babas verdes en la boca
Intérpretes: Marilyn Chambers, Frank Moore, Joe Silver, Susan Roman
Sinopsis: Una pareja de enamorados va en moto a toda pastilla por el campo de Canadá y al final se pegan una piña contra el paisaje bucólico. Ella queda muy malherida, pero da la casualidad que el castañazo lo han tenido cerca de una clínica de cirugía estética que desarrolla unas técnicas revolucionarias de injertos de piel. Pues bien, los doctores por amor a la ciencia deciden experimentar con la muchacha y le ponen un cacho de piel mutante en la axila, a ver qué pasa. La chica se salva pero la intervención quirúrgica ha tenido un pequeño efecto secundario: de su sobaco le sale un pene que absorve la sangre de los seres humanos y además contagia de una rabia incurable a todos aquellos a los que penetra (seguro que estas cosas pasan continuamente en Corporación Dermoestética). Después de contagiar al hospital entero sin querer, la muchacha, que es Marilyn Chambers, se dará una vuelta por Toronto y como es muy guapa, todos los buitres intentarán arrimar cebolleta sexual con ella, llevándose un pinchazo rabioso en su lugar y extendiendo la plaga.

Tras conmocionar a Canadá y al mundo entero con su opera prima "Vinieron de dentro de..." (Shivers, 1975), que tenía un montón de sexo mutante y perversiones varias (pero de muy buen gusto), David Cronenberg consiguió reunir el dinero suficiente para rodar su siguiente proyecto fílmico, lo cual seguramente no fue tarea fácil visto el percal de su nueva historia, que lejos de cortarse un poquito, el muchacho continúa en sus trece a la hora de contar historias con un alto contenido de sexo bizarro (pero siempre escapando del morbo fácil).
"Rabia" es una película con numerosas lecturas, sobretodo con el paso de los años y con la aparición de esa puta mierda de enfermedad llamada Sida. Resulta evidente el mensaje profiláctico de "ponte el cinturón, protege tu vida, tu seguridad es muy importante" del empleo de preservativos cuando vayas a tener relaciones sexuales, sobretodo si es con alguien a quien conoces poco o si es un ligue espontáneo en una discoteca o Pub. Que sí, que a lo loco se vive mejor, pero un simple gesto de encapuchamiento puede ahorrarte un montón de problemas. La peli también hace una crítica al concepto de belleza que se tiene actualmente y de cómo el ser humano es tan gilipollas de hacer lo que sea para parecer guapo. Los otros días vi una peli de Isabel Coixet, "Elegy" y en ella hablaban de la invisibilidad de la mujer hermosa: su belleza eclipsa las demás cualidades de la moza. Pues esto es lo que le pasa al personaje de la tristemente fallecida Marilyn Chambers en "Rabia", muy guapa y potente a nivel físico pero terriblemente sola, porque nadie se molesta en saber qué piensa o qué siente, todos van a pillar cacho y a tocar género, pero de sus inquietudes metafísicas no quieren saber nada. Muy sencillas pero también muy expresivas son las desoladoras escenas en las que se ve a Marilyn Chambers caminando por las calles de Toronto, sola, aislada, ajena al mundo que le rodea, con una aparente frialdad pero desesperada por encontrar su nueva fuente de alimento. La soledad marcará el destino de su personaje, ya que se avergüenza tanto de su condición que es incapaz de confesárselo a su mejor amiga o a su novio, y con razón, porque la primera reacción del gilipuertas del novio es llamarla monstruo y renegar de ella. El final del personaje de Marilyn Chambers es estremecedor, ya que revela el auténtico valor de la vida humana en el mundo actual.
Dejando a un lado toda esta filosofía de andar por casa, la peli también cuenta con un montón de escenas potentes a nivel friki, porque el film conjuga el horror apocalíptico de los zombies-infectados con el erotismo y la sensualidad del vampirismo (y el morbo añadido al mismo). Marilyn es una vampiresa moderna que necesita la sangre humana para poder subsistir, pero en lugar de colmillos, la muchacha tiene un pene en la axila con el cual no sólo se alimentará-copulará con todo tipo de géneros (hombres, mujeres e incluso con una vaca lechera) sino que también es un instrumento de defensa y de venganza contra los machos dominantes que sólo quieren aprovecharse de su cuerpo (en una escena, Marilyn le da un pollazo en el ojo a un granjero violador). Cada extracción de sangre se asemeja inequívocamente a un coito placentero, tras el cual, Marilyn, satisfecha, acaricia tiernamente a su víctima, agradeciéndole las molestias. Es aquí donde tenemos la marca de la casa de las pelis de Cronenberg, porque el director no sólo juega con metafóricos penes y vaginas mutantes (lo hará a lo largo y ancho de su carrera) sino también refleja la progresiva degeneración del ser humano, sin olvidar los primeros indicios de lo que posteriormente se denominaría la filosofía de la Nueva Carne, esto es, la carne retorcida y hecha plasta a un nivel artístico muy primario. Pero no nos engañemos, lo más divertido del film son todas esas escenas de zombies-infectados armando un cristo por las calles y los barrios de Toronto, con esas babas verdes, esos ojos inyectados en sangre y ese ánimo de lucro y salvajismo. Aquí es donde se hace más evidente la falta de medios de Cronenberg, porque con unos cuantos dólares canadienses más podría haber rodado escenas masivas de infectados contra el ejército, en plan masacre total, pero visto por otro lado, esas limitaciones le dan al film un aire más austero y acorde con el mensaje nihilista de la película. Además, queda muy bien todo esa atmósfera opresiva impuesta por el ejército, con sus colas de ciudadanos y sus controles de sanidad, quedando claro que los soldados no se lo van a pensar dos veces a la hora de disparar a cualquiera que se parezca a un rabioso (Santa Claus incluido). Por cierto, no sé si será casualidad o fue intencionado, pero el hecho de rodar en invierno potencia la atmósfera siniestra y fatalista del film, y además tiene un montón de lecturas gafapastas interesantes: el frío intenso no mata los virus sino que los conserva para su posterior propagación y ese frío es además una amenaza contra los personajes del film, ya que les daña y los aisla de sus seres queridos (además, se nota un montón que los actores pasan más frío que un pajarito). Otro elemento a favor del film es que Cronenberg nos regala algunos desnudos gratuitos de Marilyn Chambers, que por aquella época tenía un cuerpo serrano muy bonito (aunque es una lástima que éste sea su único papel fuera del cine X).
Por cierto, a la hora de poner medallas, hay que señalar que la película ganó el premio al mejor guión y a los mejores efectos especiales del Festival de Sitges.
En fin, "Rabia" es una agradable variante del género zombie que además tiene un montón de lecturas culturetas para ir a los cafés y pasar por intelectual. Es lo que tiene Cronenberg, que además de pasártelo guay viendo sus películas, flipas en colores a nivel intelectual porque el tío está loco perdido. Aquí os dejo el trailer de la película, cortesía de EstrellaMatutina666.



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invasión de los zombies atómicos, La

La invasión de los zombies atómicos (Incubo sulla cittá contaminata aka Nightmare city, 1980, Italia, México y España)
Dirección: Umberto Lenzi
Guión: Antonio Cesare Corti, Luis María Delagado, Piero Regnoli
Género: Zombies sádicos y promiscuos en el extrarradio de Madrid
Intérpretes: el gran Francisco Rabal, Hugo Stiglitz, Laura Trotter, Mel Ferrer, el de la caída del imperio romano de occidente
Sinopsis: Un periodista hippie con barbita y permanente va al aeropuerto porque el gran profesor Haikenberg va a llegar desde la central nuclear del estado para dar explicaciones al gobierno y al ayuntamiento, porque por lo visto hace unos días hubo una fuga de gas radiaoactivo en la central y las autoridades aún no saben qué consecuencias ha tenido lo nuclear en la población civil. Pues bueno, allí están todos esperando y el profesor que no llega. Pero de pronto, un avión militar Hércules aterriza a las bravas en el aeropuerto y de su interior salen decenas de zombies atómicos encabezados por el profesor Haikenberg, que también es un no muerto con mu mala leche, porque nada más poner los pies del suelo acuchilla a mi coronel. Los zombies, salvajes perdidos, masacran a todos los controladores aéreos del aeropuerto y extienden la infección por la ciudad mientras el alto mando del ejército, encabezado por Mel Ferrer y Paco Rabal (al que la invasión le ha fastidiado un momento íntimo con su santa esposa) idean planes para acabar con los zombies, en concreto el plan de emergencia H y, como reserva, la variante C por si la situación se les va de las manos. Desgraciadamente, ni el plan H, ni el plan C ni todas las letras del abecedario juntas servirán para detener a los zombies, porque además de asesinos, los muy pervertidos están palotes perdidos y quieren robarnos la honra.

En la historia del cine hay numerosas películas aberrantes, cutres, absurdas, delirantes, ridículas, incongruentes, estafadoras y malas de cojones. Pero os puedo asegurar que ninguna es tan sumamente grotesca y amoral como esta que estamos comentando, "La invasión de los zombies atómicos" dirigida por el inefable Umberto Lenzi, un charcutero italiano de lo exploitation que con menos miedo que vergüenza se dispuso a realizar una película con cuatro duros y mucho morro. El propio título, grandilocuente y oportunista como él solo, ya adelanta el típo de película que vamos a ver. Para empezar, diez o veinte tíos corriendo por un descampado no es técnicamente una "invasión", más bien parece un grupo de extras que por un bocadillo y una cocacola se ponen a hacer el mono delante de la cámara; después, los zombies son zombies por que tú lo digas, porque a parte de lo del tiro en la cabeza para matarlos, no se parecen en nada a los zombies clásicos, tanto de la rama del vudú como del subgrupo romeresco. Para empezar, estos zombies no andan cojeando con la pata chula, sino que los tíos corren, saltan, pilotan aviones, saben karate, judo y taikuondo. A nivel de matar, en lugar de pegar moridiscos, como el dentista está muy caro, los cabrones cogen cuchillos, pistolas y metralletas y se ponen a matar lo más bastarda y cabronamente posible a la gente, y encima lo disfrutan. Sus cuerpos no están descompuestos, sencillamente tiene pegotes de plastilina en la cara que simulan quemaduras radioactivas y uno no sabe si está viendo un zombie, una pizza con peperoni o al primo-hermano del vengador tóxico. Y para acabar, estos farsantes no comen carne humana sino que se beben la sangre de sus víctimas a buches. En fin, un espectáculo impresentable, como os podéis imaginar.
No obstante, aquí no se acaba el cutrerío, porque tanto el argumento, como los personajes, como los diálogos, como la ambientación y los exteriores dan vergüencita ajena. Vamos a ver, si la película está ambientada en una capital de Estados Unidos...¿a quién se le ocurre grabar escenas en el extrarradio de Madrid, en el parque de atracciones, en el aeropuerto de Barajas o en la M-30? Gloria bendita, que el tongo canta más que Carusso. Y con los uniformes y vehículos pasa lo mismo, que el director se creía que con poner en la puerta de un Seat "police" ya se iba a creer el espectador que estaba en la gran manzana. El guión hace aguas por todos lados porque carece de la más mínima coherencia (más que nada porque el presupuesto era ajustadísimo y no podían hacer más). Ahí tenemos a ese ejército norteamericano que no son más inútiles porque no se han levantado temprano, con ese Mel Ferrer quieto como una estatua dando órdenes sin sentido (que luego nadie cumple) y ese Paco Rabal dando vueltas en helicóptero por los descampados madrileños viendo correr a 20 descerebrados. Los diálogos son también para no echar gota, por pedantes y grandilocuentes, que a veces los personajes se ponen a filosofar cosa mala, hablando de la lucha de clases y la evolución de las especies. Los especialistas son los protagonistas del film, el periodista y su esposa enfermera, que mientras escapan, pegan tiros y se ahostian entre ellos, se ponen a hablar y no hay quien los pare.
En fin, como película de terror, "La invasión de los zombies atómicos" es impresentable. No obstante, como película de humor involuntario y descojone generalizado, la película cumple a la perfección su cometido, porque susto no da, pero risa, un montón.
Para empezar, tenemos las multitudinarias y caóticas escenas de masacre, tanto en el estudio de televisión (con esas mama-chichos de saldo) como en el Hospital, donde los incubos despliegan sin tapujos su mala hostia. También tenemos momentos sublimes, como ese bicho que le corta una teta de plastilina a una bailarina o ese cirujano-ninja que le lanza un bisturí a un zombie como si fuera un shuriken. La sección de despelote también está cubierta con creces, porque los desnudos más gratuitos no pueden ser. Además, tenemos escenas románticas y eróticas, como la de Paco Rabal con una gachí, que a fuerza de magrearla la va a desgastar, o esas bailarinas y enfermeras a las que accidentalmente se le rompe la blusa.
El final de la película es una estafa total, tanto en la forma como en el fondo (Lenzi no tuvo ni que rodarla, ya que hizo un "corta y pega" con los primeros minutos del film) y el maniquí que se cae del helicóptero y se pega el golpe con la noria del parque de atracciones de Madrid refleja a la perfección la sutil esencia del film. Cinema verité, vamos.
No obstante, aunque la película es una mierda pinchada en un palo, hay algo que sí que vale la pena: nuestro Paco Rabal que estás en los cielos, un actor todoterreno que con filosofía y paciencia encarna a un coronel del ejército americano, dándonos a todos lecciones de humilidad y profesionalidad: unos días ruedas películas con Buñuel y Antonini y otros días tienes que participar en engendros de este tipo. La vida es ansí.
Resumiendo: la película es malísima pero a nivel friki es una joya imprescindible que no debería faltar en ninguna filmoteca ¡Viva el cutrerío!
Aquí os dejo un video hecho por mí mismo. Pero AVISOOOOOOO! el video tiene unos cuantos SPOILERRRRSSSS.


Apocalipsis Caníbal


Apocalipsis Caníbal (Hell of the living dead aka Virus aka un millón de títulos más, 1980, Italia y España)
Dirección: Un norteamericano llamado Vicent Dawn...¡un mojón! ¡El director es Bruno Mattei, que el muy listo utilizó pseudónimo para que no pudieran denunciarle por daños y perjuicios!
Guión: J.M. Cunillés, Rosella Drudi, Claudio Fragasso y Bruno Mattei
Música: Goblin, el grupo fetiche de Dario Argento
Género: Zombies guineanos, periodistas antropológicos y SWATS del baratillo a los que le falta un tornillo
Intérpretes: Mi adorada Margit Evelyn Newton, José Gras, Selan Karay y...¡Tachaaaaan! ¡Franco Garofalo, alias el gran SANTORO!
Sinopsis: En una misteriosa fábrica de Papau Nueva Guinea estalla el desastre: a pesar de contar con la última tecnología en ordenadores y en botoncitos de colores, una rata cabrona se cuela en los conductos y produce un escape radioactivo-gaseoso del quince e infecta a toda la isla, convirtiendo a los indígenas en muertos vivientes. Además de los indios salvajes, en la isla también hay un puñado de occidentales más o menos civilizados que han ido a parar a la selva por diferentes motivos. Por un lado, hay una familia nuclear que se han ido de vacaciones a la Nueva Guinea, y al niño le han pegado un bocado los zombies; después están Lia Rosseau (la periodista antropóloga) y Pierre (el fotógrafo con la permanente), que han ido a la isla para investigar los extraños sucesos que allí ocurren; y por último, hay un comando de cuatro soldados con mono de trabajo azul mecánico que con sus metralletas se van a cargar a todos los muertos jodientes de la isla, porque entre ellos está el gran Santoro, una mezcla de Rambo, Terminator y de José Luis Torrente, que de cuatro patadas te limpia el organismo de virus y bacterias.


"Apocalipsis caníbal" es una de las películas serie B más casposas, infames y cutres de la civilización mundial y universal de todos los tiempos. Además de ser mala de cojones, posee un guión descabellado, unas interpretaciones espantosas, unos efectos especiales del todo a 100 y mucho mucho mucho morro. Y es que no podía ser de otra manera ya que tras la dirección está el inefable Bruno Mattei, un tío con más cara que espaldas y más cuento que calleja, que tuvo la poca vergüenza de rodar "Terminator 2" (a la italiana) varios años antes que James Cameron...¡y sin pagar royalties! Pues bien, este engendro filmico, ente despropósito del celuloide, es tan malo, tan malo, tan malo que, al final...¡es bueno! En esto consiste la belleza del frikismo: contra más sincero sea el cutrerío, ¡más divertido!
Fiel a su espíritu exploit, Bruno Mattei intentó mezclar dos éxitos en boga en aquellos años. Uno es, lógicamente, los muertos vivientes de George A. Romero, en concreto su "Dawn of the dead" (1978) u "Zombi" como se conoció por estos lares (de ahí que los soldados de pacotilla lleven ese mono de trabajo de taller mecánico, igual que los protagonistas de la peli de Romero). La otra influencia-plagio-copia-muchacara es la infame y repugnante serie "Mondo" al estilo de "Holocausto Caníbal", esto es, escenas reales de indígenas destripando a pobres animales o simulando canibalismos y otras perrerías para el género humano. Y aquí, Bruno Mattei hace gala de esa genialidad que poseen los iluminados como Ed Wood, ya que en lugar de rodar esas escenas selváticas, el muy listo cogió un documental del National Geographic e intercaló imágenes de animales y tribus de las antípodas con el argumento de la película. Por eso no es extraño ver, entre toma y toma, escenas de monos saltando por las ramas de los árboles e incluso elefantes en estampida (¿hay elefantes en Nueva Guinea?), todo un despliegue de fauna ibérica del que el mismísimo Félix Rodríguez de la Fuente estaría orgulloso. No obstante, a nivel cinematográfico, esta originalidad queda espantosamente mal, porque las escenas del documental contrastan totalmente con las rodadas por Bruno Mattei, quedando todo más falso que un billete de tres euros.
A nivel argumental la cosa queda a la par. La película podría definirse como una road-movie de provincias. Los protagonistas atraviesan una surrealista isla para llegar a un destino incierto que resolverá el misterio de los zombies. Por el camino vivirán momentos absurdos, psicodélicos y ridículos que nada aportan a la trama, que parece dar vueltas sobre sí misma. Y por último, tenemos la escena final que es un destiporre de violencia, sadismo, misoginia y mal gusto que el Bruno Mattei se quedó a gusto cuando la rodó. Y para acabar, tenemos un epílogo-moraleja con trasfondo ideológico progresista (aunque en manos de Mattei quede bastante oportunista) que viene a decir que todo el mal que hagamos al tercer mundo al final repercutirá negativamente sobre occidente.
Las interpretaciones de los actores son histriónicas, demenciales y pasadas de rosca (muy propio de Mattei, que lo del término medio de Aristóteles se lo pasa por el forro). Los actores se pasan toda la película gesticulando de forma exagerada y gritando a la mínima oportunidad. La palma de oro se la lleva mi angelito del alma Margit Evelyn Newton, musa de esta enciclopedia y una muchacha muy guapita de cara, que se va a desencajar la boca de tanto gritar (eso sí, grita de forma muy hermosa, meneando la cabeza y llevándose las manos a la boquita de piñón). De cerca le sigue Santoro, un fenómeno de soldado y de persona humana, que lo mismo se pone a bailar con los zombis como que los masacra a tiro limpio, capaz de reir, llorar, asustarse y envalentonarse cuando menos te lo esperas, sin duda uno de los grandes reclamos de la película, por sobrado y encabronado. Y por último tenemos a Pierre, un gabacho con un pelazo exuberante que es la envidia de un servidor, que ya se le ve el cartón.
La película tiene un montón de momentos estelares que son para partirse la caja. El principal es, of course, el momento despelote más alucinante, delirante y gratuito de la historia del cine: el grupo llega a las puertas de un poblado de salvajes que están encabronados perdidos y Lia, la periodista que también tiene un master en atropología dice:"sólo hay una solución...sólo una" y se quita la blusa enseñando las tetas a los indígenas y al respetable público (aunque, en honor a la verdad, esos estupendos senos que aparecen en primer plano no son los de mi Margit, cuya talla de sostén es un poco menor). Otro momento culmen es cuando uno de los soldados deja la metralleta y se disfraza de bailarina, bailando el lago de los cisnes mientras los zombis se lo meriendan. Aunque en la retina del espectador quedará indeleble esa sesión de la ONU de pacotilla (que creo que está rodada en el aula de alguna facultad) con ese señor de color negro protestando porque los muertos vivientes se están comiendo a la población de su país.
El apartado de los efectos especiales es de juzgado de guardia. Los zombies apenas llevan maquillaje encima, un poco de babas, una pintura azul en la cara y tira millas. Lo máximo que se puede ver son unos pegotes de plastilina mal colocados que hacen las veces de visceras y casquería fina. Aunque la escena que más vergüenza ajena da es la del final, en la que unos ojos salen de sus órbitas al ser introducido por la boca un puño entero, siendo obvio que los ojos son dos pelotas de pin-pon. En fin, unos efectos especiales que producen hilaridad sin pretenderlo.
Para orgullo de todos los españoles, mencionar que una productora de nuestro país invirtió sus dinerus en esta gran obra cinematográfica (los españoles siempre promoviendo las manifestaciones culturales de gran categoría) y cuyas máximas aportaciones son la fábrica futurista del principio de la película (ubicada en Barcelona) y el actor Víctor Israel, famoso secundario del cine exploit que por su careto especial hacía de feo en las películas del oeste, y que aquí da vida (o muerte, según se mire) a un zombi-sacerdote-misionero.
Por último, si pensabas que la lista de los reyes godos era larga, ahora te voy a poner todos los títulos que ha tenido esta película. Allá van:
-Apocalipsis Caníbal
-Virus
-Hell of the living dead
-Cannibal virus
-Inferno dei Morti-viventi
-Night of the zombies
-Zombie creeping flesh
-Zombie inferno
-Zombie of the Savanna
-Zombie 4
-Zombie 5: ultimate nightmare
y nada más, que aquel día el que ponía los títulos a las películas estaba inspirado.
En fin, "Apocalipsis caníbal" es una de las peores películas de zombies que conozco, pero también una de las más divertidas, por su cutrerío, por su poca vergüenza y por sus planteamientos surrealistas y absurdos. Después de verla tu vida no será la misma.
Aquí os dejo un video-clip de mi propia cosecha, uno de los videos del you tube que más alegrías me ha dado. La canción se titula "Me and my mulon" y es de Dover.



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Una de zombis

Una de zombis (Una de zombis, 2003, España)
Dirección: Miguel Ángel Lamata
Guión: Miguel Ángel Lamata y Aijón
Género: Acción, zombis y fantasmadas varias
Intérpretes: Miguel Aparicio, Aijón, Mayte Navales, Marianico el Corto y Santiago Segura
Sinopsis: Eeeeeh...el guión es una tarantinada, así que tiene flashbacks, flashforwards, sueños, imaginaciones y un señor de Albacete que pasaba por ahí. Por lo visto dos frikis impresentables quieren hacer una película pero como no tienen ni un duro tendrán que hacer encajes de bollillo para sacar su proyecto adelante. Por el camino se meterán de lleno en una batalla contra una secta satánica, "los anticristos", que en realidad son muertos vivientes resucitados por un doctor maléfico que quiere dominar el mundo (of course).

"Una de zombis" es una película con muy buenas intenciones pero más mala que un dolor. A pesar de los dinerus invertidos en el proyecto (que no fueron pocos, de la mano de Santiago Segura Superestar) el film tiene una atmósfera de película amateur que tira de espaldas, tanto por los actores, como por el guión, como por la puesta en escena vacía. El guión es la típica historia de director-guionista primerizo: la historia de cómo hacer una película, aportando muchos datos biográficos carentes de interés que obedecen más al auto-placer que a contar una buena historia. Las escenas de acción son cortinas de humo, muy espectaculares, eso sí, pero vacías de contenido y que no aportan nada significativo a la trama, sólo unos fuegos de artificio y poco más. La estructura del guión pretende ser la caña de España en originalidad, muy influenciado por Tarantino y por M. Night Shyamalan (el del sexto sentido), pero en realidad no da ni frío ni calor, más que nada porque no tiene coherencia ninguna y utilizan el recurso fácil de mezclar realidad y ficción cuando más les conviene, buscando el golpe de efecto. También es irritante la necesidad de hacer un chiste o gracieta cada 10 segundos (¡dios mío! ¡En eso me parezco!), porque algunos están bien y son graciosos (como lo del gato cocainómano) pero la mayoría no tiene ni puta gracia, revelando una diarrea verborreica de Lamata y Aijón que resulta bastante molesta tras los cinco primeros minutos de película. En cuanto a la trama, en lugar de "Una de zombis" tendrían que haberla llamado "Una de fantasmas" porque en la peli hay mucho fantasmerío, sobre todo con el personaje de El Duende, supuestamente un guerrero to guay pero que en el fondo da bastante vergüencita ajena con todas las gilipolleces que dice tratando de hacerse el interesante. Sigamos dando cera, esta vez con los actores, pésimos la mayoría de ellos, sin duda colegas de director que en su día le hicieron un favor participando en alguno de sus cortos y como en esta vida es de bien nacidos se agradecidos les ha dado un papel en la película. Existe otro subgrupo de actores denominados "famosetes", humoristas y gente popular de la tele (entre otros, el gran Tristanbraker, el cazafantasmas de "Al Ataque), que hacen cameos al más puro estilo "Torrente", a cambio probablemente de un jamón. El único actor que merece la pena es el humorista Miguel Ángel Tirado Vinués, alias Marianico el Corto, no sólo porque borda su papel de padre resignado-cabreado, sino porque es el único en la película que sabe actuar.
En fin, un horror de película, en el mal sentido de la palabra. Para olvidar.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de gabravo.

ataque de los muertos sin ojos, El

El ataque de los muertos sin ojos (El ataque de los muertos sin ojos, 1973, España e Portugal)
Dirección: Amando de Ossorio
Guión: Otra vez Amando de Ossorio
Género: ¡Zombies templarios! (¿te parece poco?)
Interpretes: Esperanza Roy (de "sex-simbol"), Fernando Sancho (ese actor que siempre hacía de mejicano regordete en las películas del oeste) y Tony Kendall (otro del far west)
Sinopsis: Hace siglos, los pacíficos habitantes de un pueblo de Portugal quemaron vivos a unos caballeros templarios cabrones que se dedicaban a matar a jóvenas y beberse su sangre para alcanzar la inmortalidad. Pues bien, en la era presente, el tonto del pueblo invoca a esos caballeros templarios porque el muchacho está hasta los cojones de que la gente se ría de él y le tire piedras. No obstante el invento le sale rana porque los templarios están encabronados perdidos y se lían a matar a todo bicho viviente, presentándose sin ser invitados en la fiesta del pueblo, arruinándoles la velada a los mozos y a las muchachas casaderas.

¡Segunda parte de la saga templario-zombie del genial Amando de Ossorio! ¡Weeee! Como la precuela tuvo mucho éxito ("La noche del terror ciego") nuestro Ossorio no se complicó la vida en demasía y realizó una secuela siguiendo con tiralíneas el esquema argumental de la primera entrega (utilizando incluso las mismas escenas literalmente) pero esta vez con más muertos, más masacre, más sexo agreste y más cachondeo. Más que una segunda parte, esta peli es un lavado de cara de la primera, con más presupuesto y con más mala leche, porque técnicamente la historia es la misma. Los templarios esqueléticos siguen siendo tan bastardos y lujuriosos como siempre, pero esta vez están ciegos, porque cuando estaban vivos les quemaron los ojos y no les queda otra que guiarse por el oído para perpetrar sus crímenes (ya lo sé, no tiene ningún sentido, los esqueletos no tienen ojos ni oídos, pero en fin). Los protagonistas humanos del film son Esperanza Roy en sus años mozos excitando al personal (gracias a la censura, que no tenían con quién comparar los pobres) y un sosías de Manolo Escobar, que por lo visto es o fue capitán pero no sabemos si lo fue de tierra, mar o aire. En el bando de los malos está el alcalde, que tiene montado una mafia rural de no te menees, con sus matones ambiguos sexuales. Destaca por méritos propios la escena de la masacre en la plaza del pueblo, donde los templarios se pasan por la piedra a todos los transeuntes, en plan el Cid Campeador. Pero no todo es horror en esta peli, ya que Ossorio también tiene un gran sentido del humor y no duda en poner escenas delirantes, como la del gobernador que pasa olímpicamente del ataque de los zombis.
Para los completistas, señalar que la saga zombie-templaria se completa con "El buque maldito" y "La noche de las gaviotas", con más cabronadas de nuestros esqueletos favoritos.
El vidreo que pongo a continuación es mío y la canción se titula "Saca el güisqui cheli" interpretada por Los Porretas.

In-natural


In-natural (The Stuff, 1985, USA)
Dirección: Larry Cohen
Guión: Larry Cohen one more time
Productora: New World Pictures
Género: Yogures asesinos y zombies hiperglucémicos
Intérpretes: Michael Moriarty, Andrea Marcovicci, Garret Morris y también pasaban por ahí Danny Aiello y Paul Sorvino, probablemente después de tomarse dos copazos de coñac.
Sinopsis: En una excavación minera, un operario encuentra en el suelo, así por casualidad, una masa blancuzca, gelatinosa y burbujeante. La primera reacción del tío es, lógicamente, llevarse esa mierda a la boca y comérsela. Entonces descubre que la masa está deliciosa y lo flipa en colores. Meses después, esa baba blanca está en todos los supermercados del mundo en forma de postre-yogurín llamado Stuff, desencadenando una fiebre consumista generalizada porque el producto además de estar bueno y no engordar es tremendamente adictivo. El único problema es que el yogurt tiene la mala costumbre de salir a pasear por la noche y comérselo todo por el camino...

Mitad denuncia social contra el consumismo imbécil, mitad gamberrada de campeonato, "In-natural" es una película muy divertida a la par que cutre-salchichera. Los efectos especiales son bastante malos tirando a nefastos y el guión falla más que una escopeta de feria, pero la premisa inicial del film es genial, salvando del olvido a un subproducto bastante irregular (debido, sin lugar a dudas, al escaso presupuesto del film). En la película encontramos dos hilos argumentales paralelos: las andanzas de un espía industrial dispuesto a descubrir el secreto del "Stuff" y las vicisitudes de un chaval que ve con aprensión como su familia entera se hace adicta al yogurt de los cojones que en realidad es un bicho que te come por dentro. Desgraciadamente la trama del espía se impone a la del niño y la cosa acaba en una orgía paramilitar absurda pero muy divertida (un "zas, en toda la boca" a la ultraderecha norteamericana). Aunque la película no sea exactamente de "zombis", los tiros van por ahí, aunque el protagonismo absoluto lo tiene esa masa sin forma saltarina. También destaca por méritos propios ese señor de color hiper-activo y karateka que nos regala unas soberbias escenas de lucha.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de Mickeyjuice.


Zone of the dead


Zone of the dead (Zone of the dead, 2009, Serbia, aunque Italia y España también pusieron sus dinerus)
Dirección: Milan Konjevic y Milan Todorovic
Guión: Vukota Brajovic, Milan Konjevic y Milan Todorovic
Género: Zombies balcánicos
Intérpretes: Ken Foree, Kristina Klebe, Emilio Roso
Género: En una estación de tren en Serbia, unos soldados se ponen a jugar con la pistolita y le dan sin querer a un tren que transportaba gases tóxicos que si los inhalas te vuelves zombie perdido. Pues bien, medio pueblo respira estos humores y se convierten en muertos vivientes, pillando por banda a unos policías que transportaban a un prisionero super-peligroso. Y al final, claro, le sueltan las cadenas y se ponen juntos a matar bichos.

Sin duda alguna, "Zone of the dead" es una película dirigida por dos fanáticos totales del género zombie y del cine de John Carpenter, porque la película tiene continuas referencias no solo al cine de George A. Romero sino también a pelis como "Asalto a la comisaría del distrito 13" y "Fantasmas de Marte" (no solo por el tema del traslado del prisionero sino también por sus personajes sacados directamente de un western con sus frases lapidarias y su pose a lo John Wayne). En cuanto a la calidad de la película...a ver...si fuese la obra de un cineasta amateur sería buena, pero a nivel profesional esta película no da la talla, siendo bastante previsible y aburrida (y no me vengan con el rollo de la retroalimentación) con unas escenas de acción bastante vacías en las que no pasa nada destacable, simplemente se ven gente pegando tiros y muertos muriéndose (valga la redundancia). En cuanto a la dirección y a la puesta en escena, la película es muy pobre, con esos planos que parecen sacados por un chaval que está haciendo su primer corto de terror con la cámara de sus padres. En cuanto a los actores, hay un poco de todo: destaca Ken Foree, que lo llamaron porque hizo "Zombie" de Romero y que aquí da muy bien el papel de "policía acabado pero quien tuvo retuvo"; Por otra parte, el prisionero chulo-putis con la espadita es bastante lamentable y el loco que cree que el ataque de los zombies es el fin del mundo está "inspirado" directamente del cómic "Just a Pilgrim" de Garth Ennis y Carlos Ezquerra, o sea, que me sorprendió bien poco y gracia me hizo menos aún. Quizás lo mejor de la película son sus efectos especiales, que dan bastante el pego.
Resumiendo: "Zone of the dead"es una correcta pero aburridísima película de zombies que lo único nuevo que aporta al género es que está ambientada en Serbia (aunque lo mismo podría haberse rodado en Albacete o Nueva York, porque la peli es otra "americanada" más en la que apenas aparece algo de la idiosincracia serbia en el guión).
Aquí os dejo el trailer de la película, cortesía de PierfilippoS.


Vinieron de dentro de...


Vinieron de dentro de...(Shivers, 1975, Canadá)
Dirección: David Cronenberg
Guión: David Cronenberg (el mismo)
Género: Zombies-infectados con babosillas que se meten en tu cuerpo y te ponen cachondo perdido
Intérpretes: Paul Hampton, Joe Silver, Barbara Steele, Lynn Lowry (que está como un train)
Sinopsis: En un edificio de lujo, un científico loco ha estado experimentando sexualmente con una colegiala metiéndole una babosa en el cuerpo que puede sustituir los órganos dañados a modo de transplante. El problema es que la babosa también vuelve loca a la gente y la pone cachonda perdida y en lo único que piensan es en fornicar y en hacer orgías bisexuales. Pues bien, la babosa consigue contagiar a casi todo el edificio, ante el estupor de los únicos supervivientes, que se pasan toda la película intentando proteger sus orificios más íntimos...

"Vinieron de dentro de..." es la ópera prima de este genial director canadiense llamado David Cronenberg, que ya desde el principio adelantaba los rasgos primordiales de su filmografía mutante: sexo grotesco y bizarro, experimentación con la nueva carne, multitud de parásitos con forma de órganos genitales que se te cuelan en el cuerpo y te descolocan y, ante todo, la degeneración progresiva del ser humano. Resumiendo: Cronenberg es de otra dimensión y ya lo demostraba desde chiquitito. La peli es un compendio de todas las prácticas sexuales del ser humano, pero a lo bestia. No obstante, el mérito de la película es que no cae en el morbo fácil y apenas hay sexo explícito y desnudos (aunque unos cuantos despelotes gratuitos sí que hay, como los de mi pelirroja favorita, Lynn Lowry). La auténtica provocación del film no está en lo que se muestra sino en lo que se sugiere, siendo la infección una liberación de los deseos inconfesos de los inquilinos del edificio, reprimidos por una sociedad de consumo que promueve la contención y la monogamia de manera hipócrita. En fin, Cronenberg nos regala una película llena de imaginación y provocación enmarcada dentro del género "zombie" pero en un subapartado erótico-festivo lleno de diversión y bestialidad, que lo mismo te partes la caja de risa como que te da asquito. Pero eso es lo que tiene de guay Cronenberg, que te provoca muchos sentimientos encontrados e intensos. Gran película. Hay que verla.
Aquí os dejo un vidreo de la película de mi propia cosecha.

noche del cometa, La


La noche del cometa (Night of the comet, 1984, USA)
Dirección: Thom Eberhardt
Guión: Thom Eberhardt
Género: Zombies enamorados de la moda juvenil
Intérpretes: Catherine Mary Stewart, Zoe Kelli Simon, Robert Beltran
Sinopsis: Pues a todo esto llega a la Tierra un super-cometa que se carga a toda la población mundial tan guapamente y sólo sobreviven aquellos que estaban arrescondidos en un lugar recubierto de acero inoxidable. Entre los supervivientes están las hermanas Belmot, Regina y Samantha, que tendrán que hacer frente a numerosos contratiempos, como luchar contra zombies caníbales, escapar de una organización gubernamental vampira y, sobre todo, encontrar a un chico guapetón para el sábado por la noche. No obstante, tendrán el consuelo de poder entrar en cualquier tienda de Los Ángeles para probarse los vestiditos más chulis de la moda de los años 80.

"La noche del cometa" es una divertida película de terror "teenager" apocalíptica, llena de humor, frivolidad y desparpajo. Las protagonistas del film son unas anti-heroínas geniales, más preocupadas por buscar modelitos que les queden bien que por salvar al mundo de la amenaza zombie. Por cierto, que los zombies de la peli se pueden contar con los dedos de una mano, que ya se podrían haber estirado más y sacar una docena o así, pero en fin, estos zombies hablan y pegan tiros, que queda muy vistoso. También son muy chulas las escenas de las calles de Los Ángeles desiertas sin un alma a la vista, con ese cielo rojizo que da muy mal rollo. Y, por supuesto, hay que destacar los modelitos surrealistas que se ponen las muchachas, ejemplo evidente de lo pasados de rosca que fueron los años 80, que te pones hoy día los mismos trajes y te meten en la cárcel fijo por hortera.
En fin, lo mejor de la película es que no se toma a sí misma demasiado en serio, regalándonos escenas memorables como la del niño-zombie. Lo único malo es que el director no le mete toda la caña que debería meterle con un escenario tan apocalíptico, pero en fin, nadie es perfecto.
Aquí os dejo el trailer de la película, cortesía de arcadeshopper´s

No profanar el sueño de los muertos


No profanar el sueño de los muertos (No profanar el sueño de los muertos aka Non si deve profanare il sonno dei morti, 1974, España e Italia)
Dirección: Jorge Grau
Guión: Sandro Continenza, Miguel Rubio, Juan Cobos
Género: Zombies con conciencia social y ecológica
Intérpretes: Cristina Galbó, Raymond Lovelock, Arthur Kennedy, José Lifante
Sinopsis: En un pueblo al lado de Manchester, el gobierno quiere acabar con las plagas de insectos por medio de una máquina que emite ultra-sonidos. La máquina funciona divinamente pero tiene un pequeño efecto secundario: levanta a los muertos de sus tumbas con un hambre atroz (y también pone rabiosos perdidos a los niños recien nacidos). Pues bien, este baile de zombies pillará por banda a un joven anticuario hippie-ecologista y a una bella muchacha que va a visitar a a su hermana yonki-rural. Y dando vueltas por ahí también hay un comisario esceptico que no se cree el cuento de los zombies (aunque al final de la peli, sí que se lo cree). Y para que el interés no decaiga, José Lifante le hará una fotos picantonas a su mujer yonkie-rural para publicarlas en el interviú...
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"No profanar el sueño de los muertos" es una de las mejores películas de zombies que hay en este mundo de dios. Aunque “La noche de los muertos vivientes” de George A. Romero es una clara influencia para Jorge Grau a la hora de realizar esta película, el director no se limita a hacer una mera copia exploitation, sino que realiza una obra original tomando los dos elementos fundamentales del film de Romero: el análisis crítico de la sociedad capitalista y una buena ración de casquería fina (sin olvidar la gracia y solera que toda buena película de zombies tiene que tener). Encabezando el reparto tenemos a mi Cristina Galbó, más guapa que las pesetas y que se pasará media película chillando. La contrapartida másculina es Raymond Lovelock, que parece el tío un extra de "Jesucristo superstar" con esos pelos y esas barbas a lo hippie que parece que no ha cavado una zanja en su vida, aunque el chaval le da un toque muy rebelde y contestatario a su personaje. La peli tiene muchas escenas memorables pero yo me quedo con dos: su final irónico y joputa y, sobre todo, la escena del bebé homicida.
Aquí os dejo dos videos de la película, que ese día estaba inspirado e hice dos montajes como dos soles.




Zombie 3


Zombie 3 (Zombie 3, 1987, ITA)
Dirección: Lucio Fulci y Bruno Mattei
Guión: Rosella Druidi y Claudio Fragasso
Género: Zombies tropicales casposos
Intérpretes: Deran Serafian, Beatrice Ring (Ring, el teléfono), Ottaviano Dell´Aqua
Sinopsis: El guión es superoriginal: el ejército norteamericano está experimentando con un virus capaz de resucitar a los muertos en los trópicos de cáncer y de capricornio y como todo el dinero se lo han gastado en pipas, la seguridad es una mierda y unos chorizos que pasaban por ahí roban el virus y uno se contagia, lo matan, lo incineran y las cenizas contagian a toda la selva tropical (pájaros incluidos). Y a partir de aquí, lo de siempre, pero en plan cutre...
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Dice la leyenda que Lucio Fulci empezó a rodar esta película pero al final pilló un cabreo y se largó y fue Bruno Mattei (el de "Apocalipsis Caníbal") el que la acabó. La verdad es que no importa porque la factura de esta película no anda lejos de otras películas exploit de Fulci, porque el film carece de un guión coherente y simplemente es una sucesión de escenas más o menos truculentas con unos zombies karatekas con cara de plastilina que cuando les conviene pueden hablar y soltarte un debate sobre ecología y naturaleza vegetal. Destaca por méritos propios el actor que hace de científico, que si sobreactuase y gesticulase un poco más se saldría de la pantalla. Pero la auténtica protagonista del film es la cutrez generalizada, motivada principalmente por el bajo presupuesto, que no tenían dinero ni para pagarle un bocadillo de mortadela a los extras. En fin, salvo dos o tres escenas, la película es infumable, una castaña total.
Aquí os dejo el trailer de la película, cortesía de Limecat.


noche del terror ciego, La


La noche del terror ciego (La noche del terror ciego, 1971, España cañí e Portugal)
Dirección: Amando de Ossorio
Guión: Amando de Ossorio
Música: Antón García Abril
Género: Zombis templarios esqueléticos y palotes
Intérpretes: Lone Fleming, César Burner, Helen Harp
Sinopsis: Dos amigas del internado se encuentran en Portugal y deciden hacer una excursión en tren por los campos agrestes. Pues bien, una de ellas tiene un flashback a lo bestia donde se ve teniendo un encuentro sexual con su amiga del alma. No sé si por homofobia o por mojigatería, la tía salta del tren en marcha y huye despavorida, pero no tiene buen ojo porque acaba en un pueblo perdido de Portugal donde habitaban (y habitan, en present) unos monjes templarios que de tanto beber sangre mamaria de campesina virgen se han vuelto inmortales (eso sí, con poca carne). Pues bien, a las doce puntuales como un reloj, los templarios salen de sus tumbas y a caballo se cargan a todo dios, y si es posible, le meten mano a una joven voluptuosa.
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Con esta pedazo de película nace la entrañable leyenda de los zombies-templarios-promicuos, de la mano de Amando de Ossorio, un visionario que supo unir de manera magistral el terror, el humor, el despelote y el sexo rural en una orgía de sangre, muertos a caballo y luchas de espadas que ni el señor de los anillos, oiga. La película le salió tan redonda que repitió esquema tres veces más (e incluso repitió las mismas imágenes, que si le salieron soberbias a la primera ¿por qué no volver a utilizarlas?) en "El ataque de los muertos sin ojos", "El buque maldito" y "La noche de las gaviotas". "La noche del terror ciego", por ser la primera, destaca en originalidad y bestialismo, ya que su final es una masacre total y muere hasta el apuntador. También tiene sus personajes carismáticos, como ese playboy de saldo que las tiene loquitas o ese bandolero con bigote y navajilla plateá. En fin, que esta película es una de las mayores obras frikis del cine aspañol. Hay que verla y disfrutarla a tope.
El vidreo-clip de aquí abajo lo he hecho yo mismo y la canción que sale es de mi adorada Marisol.