Mostrando entradas con la etiqueta Ghoulies. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ghoulies. Mostrar todas las entradas

Ghoulies 2

Ghoulies 2 (Ghoulies 2, 1987, USA)
Dirección: Albert Band
Productora: Empire Pictures (que dios nos coja confesaos)
Guión: Dennis Paoli y Charlie Dolan, basado en los personajes creados por Luca Bercovici
Música: Fuzzbee Morse
Fotografía: Sergio Salvati
Género: En inglés culto, "Tiny Bastard Monsters", o sea, monstruitos cabrones e joputas
Intérpretes: Damon Martin, Royal Dano, Phil Fondacaro, J. Downing
Sinopsis: Un sacerdote viejuno les quita a tres nazarenos satánicos una bolsa llena de Ghoulies, esto es, unos duendecillos bastardos más malos que un dolor en las gónadas. Los bichos se cargan al sacerdote sin ningún problema y después se cuelan en un camión que transporta una atracción de feria llamada "La Guarida de Satán" y claro, los ghoulies se emocionan porque le recuerda a su casa en el infierno. Los propietarios de la atracción son un viejo mago curda, su sobrino post-adolescente y un señor enanito que se sabe las obras completas de William Shakespeare y los tres son mu amigos pero no ven un dollar desde hace tiempo. Pues bien, la trupe llega a una feria e instalan su atracción, pero de pronto aparece el propietario cabrón y les dice que o aumentan la recaudación de taquilla o a la puta calle. Como su atracción es más bien mierdosa, los tres ya se ven en la cola del paro, pero que no panda el cúnico que los ghoulies van a animar el espectáculo con sus payasadas sangrientas y, de paso, se meterán en el WC para cogerte de los huevecillos (pero de buen rollo).

Tras el éxito inesperado de la divertida y resultona "Ghoulies" (Luca Bercovicci, 1985), la productora Empire, famosa por sus producciones serie Z cutre-lux, no dejó escapar la oportunidad de crear una franquicia y forrarse de billetes exprimiendo el punto fuerte de la primera parte, esto es, los primos pobres de los guiñoles de Frank Oz, esos encantadores monstruitos que se nota a la legua que son marionetas (y bastante malas, por cierto) pero como son muy gamberros y divertidos, se lo perdonamos todo. Pero si en la película de Bercovicci los Ghoulies eran un mero elemento adicional del argumento y los verdaderos protagonistas eran el brujo-mihura y su hijo bellotero practicando magia negra, en "Ghoulies 2" Empire dijo "¿no querías caldo? ¡pues toma dos tazas!" y los supervillanos de la película son única y exclusivamente los Ghoulies, que se dedican a putear al personal durante todo el metraje. Pero tampoco exageremos, caramba, que sólo son 5 Ghoulies: el Ghoulie volador, el Ghoulie-Gato, el Ghoulie-narizón, el Ghoulie con chepa y mi favorito, el Ghoulie verde-calvito con afición por los WC. También al final sale un monstruo de tamaño humano y pare usted de contar, que tampoco había dinero para comprar más marionetas. En cuanto a los efectos especiales, pues en la onda de la serie Z, más o menos lamentables pero eficaces y entrañables. Lo más destacable es que por fin vemos a los Ghoulies caminar con sus patitas, en un ejercicio de stop-motion plan Harryhausen que canta más que Carusso. Y poco más, alguna explosión, algún electrocutamiento y sacabó. O sea, que no esperes ver unas batallas mágicas del copón ni rayos de color azul y rojo como en la primera parte. El tema de la brujería queda relegado a un segundo plano en esta secuela, tomando mayor importancia las relaciones humanas de los protagonistas del film, un grupo de feriantes sin dinero pero con mucha dignidad y compañerismo dispuestos a enfrentarse a un empresario sin escrúpulos para defender su estilo de vida comunitario, solidario y artístico. Este enfoque del argumento a nivel humano queda muy bonito pero a nivel terrorífico puede aburrir a más de uno, sobre todo si lo que quiere es ver a bichos matando a gente y no a unos pobres hombres a punto de quedarse en el paro (para eso ya están las noticias). No obstante, aunque los personajes son bastante tópicos, no por ello dejan de ser interesantes, como por ejemplo el viejo mago alcohólico, cuyos demonios personales lo atormentan constantemente y necesita beber hasta el agua de los floreros para olvidar. ¿Quizás practicó magia negra de joven y por eso está todo el día bebido? Eso explicaría porqué tiene un libro de brujería en el baúl. Por otro lado está el señor de talla baja interpretado por el actor Phil Fondacaro, cuyo personaje también encierra una historia trágica: el hombre es un gran actor de obras clásicas pero su estatura le condena a trabajar en ferias de mala muerte. Su personaje es divertido (con esa afectación aristocrática) pero también emociona (hay una escena que es de llorar que se te saltan las lágrimas). También destaca el implacable empresario, un guaperas elegante que durante toda su vida siempre se ha salido con la suya porque su padre es rico (tan real como la vida misma) pero como al final obtiene su merecido, nos congratulamos y que le jodan (¿qué le haría el ghoulie para que chillara tanto? ¿una colonoscopia salvaje o un tacto escrotal?). En el lado opuesto del reparto, están los personajes del sobrino y de la bailarina, que no pueden ser más planos y aburridos. Destaca la historia ñoña y melodramática de la funambulista frustrada, que como vio a su hermano pegarse una hostia tiene vértigo crónico pero al final de la peli supera su fobia para subirse en una noria y salvar el mundo. En fin, como ya dije antes, la historia de los ghoulies se ve enriquecida (o lastrada, según se mire) por el tema de la lucha de los feriantes contra el despiadado empresario que quiere cerrar las atracciones que no den dinero, una idea que es muy del gusto del norteamericano medio, ya que la defensa de la pequeña propiedad privada frente a las mega-corporaciones es uno de los pilares que sustentan el sueño americano.
En cuanto al guión, es bastante decente aunque no se libra de unos cuantos diálogos absurdos y ridículos (verbigracia, un tío va y dice entusiasmado: "¡A mí me gustan las ratas!"). El interés no decae porque hay muertos cada x minutos y al final se produce la esperada masacre general, con los Ghoulies cabrones desplegando su salvajismo por toda la feria. No obstante, que nadie espere ver un festival de gore y mutilaciones unánimes, ni mucho menos. La violencia de la película es muy light y las muertes ocurren fuera de plano sin un mísero "Slasher" o acuchillamiento. Además, en toda la película no hay ni una escena de destete y apenas sale una pareja de enamoraos besándose y tocando género. Quizás el objetivo de tanta contención en lo violento y en lo sexual tenía como objetivo atraer a un público tardo-infantil y así ampliar el target de taquilla, que nunca vienen mal unos dólares de más.
En fin, "Ghoulies 2" no defraudará a los seguidores de la primera parte, ya que conserva su espíritu gamberro y puñetero. Aunque posee deficiencias evidentes, la película es resultona y se deja ver, ideal para una sesión doble ochochentera.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de vidgrave.

Ghoulies

Ghoulies (Ghoulies, 1985, USA)
Dirección: Luca Bercovici
Guión: Jefery Levy y Luca Bercovici
Género: Aprendices de brujo demoníacos y monstruos de peluche gamberros
Intérpretes: Peter Liapis (que tiene una cara de bellotero que tira de espaldas), Lisa Pelikan (que se parece un montón a la hermana de Mulder), Michael Des Barres (encarnando al papi-brujo con los ojos verdes y los cuernos de un torito bravo), Jack Nance (un mindundi que parece que no sabe nada pero lo sabe to)
Sinopsis: En una noche de luna llena, un brujo cabrón quiere sacrificar a su hijo porque, entre otras cosas, eso es lo que hacen los brujos satanistas. Pero que no cunda el pánico, porque ahí está la madre coraje que rescata al niño y le pone un colgante que le hace inmune a la magia negra del padre putativo. El brujo cabrón se enfada, mata a la madre y le dice a uno de sus esbirros que se lleve al niño a la China continental, que no lo quiere ver más. Da la casualidad que el esbirro es buena persona y decide cuidar al niño y apartarlo del mundo de la magia negra. Por eso, cuando el nene llega a la mayoría de edad, le deja ir a la mansión familiar, donde el padre brujo (ya fallecido) tenía todos sus libros de magia negra, sus túnicas kitsch, sus tridentes eléctricos y sus altares satánicos. Como de casta le viene al galgo, el nene se picará con la magia luciferina y en una noche tonta invocará a unos pequeños demonios cabrones, los ghoulies, y ya está todo el pescado vendido.

"Ghoulies" resume a la perfección el espíritu exploitation de los años 80: una película mala de cojones pero con mucho carisma. Englobada en el subgénero "little bastard monsters" a raíz del éxito de los Gremlins de Joe Dante, esta película tiene una poca vergüenza impresionante, porque los pequeños monstruitos salen poco y mal, siendo el tema central del film la paulatina posesión del hijo del brujo por el espectro de su padre, que el chaval empieza a jugar con las cosas satánicas y al final va perdiendo la personalidad en favor de la del padre, que el cabrito está esperando en el nicho para hacer acto de presencia (argumento que nos recuerda al clásico relato de H.P. Lovecraft "El caso de Charles Dexter Ward"). El muchacho está tan obsesionado con la magia que incluso para cumplir conyugalmente con la novia se pinta un pentagrama debajo de la cama y así no tiene que tomar viagra. Por todo esto, la verdad es que los ghoulies no pintan nada en la historia, sólo son un mero adorno y un evidente reclamo comercial para que los chavales piquen y vayan al cine o se alquilen la película esperando ver un espectáculo similar al de los Gremilins o los Critters, con cientos de bichos saltando y dando por el bottom. Pero ¿sabéis que os digo? ¡Que me da igual! los bichos son tan gamberros, tan cabrones y tan encantadores (en especial el bicho verde calvo de la portada, como una versión mutante de Pato WC) que le perdono al director lo granuja que es. Hay que reconocer que la idea tiene potencial, pero como el presupuesto no da ni para pipas, los bichos apenas son marionetas sin movilidad enfocados en primer plano o en plano medio para que no se le vean las piernas (o el brazo del tío que los está moviendo). O sea, que nadie espere ver unos guiñoles como los de Jim Henson o Frank Oz, ¡ni mucho menos! más bien son títeres cutres como los del parque un domingo por la mañana y va que chuta. Pero la serie Z es lo que tiene: contra más cutre, más divertido. No obstante, hay algunas secuencias escalofriantes, como la del muñeco con la cara blanca que está en la mecedora y en el armario indistintamente.
Exceptuando a la pareja protagonista, los personajes son bastante tópicos y patéticos, un puñado de "jóvenes-adolescentes" amiguetes que van a las fiestas a beber, endrogarse y a arrimar cebolleta: está el ligón chulo playas, están las tías buenas (dos), están los colgados drogatas (el de las gafas de sol es muy divertido) y está el friki que no liga ni una. Y no solo es mala su interpretación, sino también su estilismo, porque me llevan unos peinados y unos trajes que son de lo más hortera de los 80´s. A nivel argumental, estos personajes no sirven para nada, pero como carne de cañón cumplen a la perfección su cometido, siendo masacrados por los ghoulies, por una pareja de enanitos o por el propio brujo cabrón. Y hablando de masacres, en la peli apenas hay gore, a excepción de un bulto en el entreteto de la madre o algunos arañazos y mordiscos. En cuanto al padre brujo, queda muy bien como supervillano grandilocuente y egocénctrico, con sus grandes poses, su afectación aristocrática y sus ojos verdes fosforitos. Además, el tío es un ambiguo y un degenerado sexual, porque le quiere comer la boca a su propio hijo ¡vamos, que además de satánico es un rato guarro el tío! Y el final de la peli es apoteósico, con una batalla de brujos que ni el señor de los anillos, con sus rayos rojos y azules que sería la envidia de Gandalf y Sauroman.
Como ya dije en un principio, el carisma y el potencial de la película era innegable y tuvo un éxito de taquilla impresionante, lo cual propició varias secuelas con un nivel de cutrerío similar a la original. En concreto fueron 3 secuelas: "Ghoulies 2", "Ghoulies 3: los ghoulies van a la universidad" y "Ghoulies 4: los ghoulies tras el amuleto maldito". Estas películas fueron pasto de videoclub, con una audiencia compuesta en su mayoría por niños y pequeños adolescentes que flipaban (flipábamos) en colores a pesar de lo malas que eran.
En fin, "Ghoulies" es una película que no conoce el término medio: o la amas o la odias profundamente. Yo me encuentro entre los primeros (aún reconociendo que la peli es un rato cutre). Aquí os dejo el trailer de la película (cortesía de Trashtrailers).

-
Y aquí os dejo una de las escenas clave de la película, o como LosBrothers69 ha titulado, "Ghoulies orgasmus".

-