Dirección: Katsuhiro Otomo
Guión: Izo Hashimoto y Katsuhiro Otomo, basado en el manga de Otomo
Música: Sublime, compuesta por la Geinoh Yamashirogumi
Género: más bien en plural, porque la peli tiene un montón de cosas: ciencia-ficción ciberpunk, acción y rayos de colores, filosofía y misticismo para parar un tren y futuros distópicos y ultraviolentos.
Intérpretes: la peli es de dibujos animados, así que aquí pongo las voces de los actores japoneses que la doblaron. Mitsuo Iwata (Kaneda), Nozumu Sasaki (Tetsuo), Mami Koyama (Kei), Taro Ishida (Coronel Shikisima). Y ahora, con vuestro permiso, voy a poner los nombres de los actores del doblaje en español, en concreto del primer doblaje en castellano que se hizo de la película, que por lo visto con el paso del tiempo y las remasterizaciones, han doblado la película tres veces. La que más me gusta es la primera ya que el gran trabajo profesional de los actores le da una mayor verosimilitud a la película. Aquí van: Sergio Zamora le pone voz a Kaneda, Albert Trifol Segarra interpreta a Tetsuo y José Luis Sansalvador interpreta al Coronel. Por cierto, ya que estoy aquí os comento otro dato de la película: "Akira" fue uno de los primeros films de animación japonesa en utilizar el "pre-scoring", esto es, grabar primero las voces y después hacer la animación moviendo la boca del muñeco según lo que diga la voz.
Sinopsis: El futuro de la humanidad está fatal (más concretamente el año 2019). Neo-Tokio es una ciudad decadente y frívola, llena de suciedad y porquería, políticos corruptos, estadios olímpicos a medio construir, guerrilleros revolucionarios, científicos locos con maquinitas de colores y bandas de motoristas repartiendo y recibiendo leña. A este último subgrupo pertenecen Kaneda y Tetsuo, dos colegas que en mitad de una pelea contra la banda rival se encuentran con un niño-viejuno mutante que revienta la moto de Tetsuo con el poder de su cabezón. Acto seguido aparece el ejército y se llevan a Tetsuo para hacerle unas pruebas y ya de paso experimentar un poquito con él, porque por lo visto, su ADN se parece un montón al de otro experimento fallido del pasado, un tal Akira, que por su culpa, en el año 1988, estalló la Tercera Guerra Mundial. Mientras, Kaneda intentará ligarse a una tía buena que, fíjate tú qué casualidad, pertenece a un grupo guerrillero que tiene como objetivo desmantelar un proyecto secreto del gobierno que hace experimentos con seres humanos, el mismito proyecto en el que está prisionero Tetsuo, y ya que estamos, Kaneda decide rescatar a su antiguo compañero. El problema es que Tetsuo se está poniendo polluo, con muchos superpoderes y al final no necesita que lo rescaten, más bien lo contrario, porque a la mínima, el chico te monta un apocalipsis tan guapamente.
En cuestión de cómic y dibujos animados, Occidente siempre le ha tenido mucho miedo a Japón. En el país del sol naciente, la fama y la popularidad de los mangas y los ánimes es increíble, con una aceptación general y unas ventas multimillonarias y potentes, algo impensable para cualquier país de occidente, incluido Estados Unidos. Pero nosotros los occidentales, más chulos que un ocho, siempre teníamos la baza de la calidad y cuando algún otaku gafapastas nos mentaba a Hayao Miyazaki y su Nausicaa, nosotros, muy enteraos, sacábamos a Walt Disney del congelador. Pues bien, en 1988 se nos acabó el rollo, porque el magaka Katsuhiro Otomo hizo una película de leyenda que le costó sus 7 millones de dólares, pero el chacho se los gastó bien gastados, porque "Akira" es una película revolucionaria en todos los sentidos, tanto formal como temáticamente, que no sólo cambió el panorama de la animación internacional, sino también nuestra visión de la cultura popular oriental, abriendo un camino bien grande dónde todo el genial frikismo japonés entraría a espuertas a comienzos de la década de los 90.
Originalmente "Akira" era un manga publicado por entregas en la revista Young Magazine, dibujado y guionizado por Katsuhiro Otomo. Desde 1982, a través de sus lápices, Otomo narró una historia distópica llena de misticismo, espiritualidad y violencia cuyo virtuosismo y realismo visual no tardó en cautivar al público nipón. En Japón, los mangas de más éxito tienen su inevitable adaptación a la animación para televisión, pero aquí fue donde Otomo dijo nanai no, no, que si hay que hacer Akira animado, yo tiro la casa por la ventana y hago un peliculón como una catedral. Y a medida que avanzaba el proyecto, la película le fue robando protagonismo al manga, y tanto fue el cántaro a la fuente que Katsuhiro decidió dejar de dibujarlo para centrar todos sus esfuerzos en él film (de hecho, el cómic terminó de publicarse en 1993). Y se ve que Otomo es bastante detallista y cabezón, porque el hombre no paró hasta reflejar en pantalla su historia metafísca con un realismo alucinante, casi rozando la imagen real (lo cual, como ya dije antes, le costó una pasta gansa y el hombre tuvo que crear un comité para poder financiar la peli). Por todo esto, "Akira" fue un proyecto faraónico de una magnitud sin precedentes, ni siquiera en la todopoderosa Disney, y tanto esfuerzo tuvo su recompensa, ya que la película de Otomo fue un éxito internacional y es considerada una de las mejores películas de animación japonesa de todos los tiempos (y no sólo japonesa, sino también de la animación mundial, con dos cojons).
No obstante, a pesar de que el film derrocha genialidad por los cuatro costados, Otomo no pudo superar el inevitable handicap de toda adaptación de una obra extensa. El manga tiene más de dos mil páginas y es materialmente imposible meterlo todo en una peli de dos horas. Por ello, multitud de tramas y personajes apenas están desarrollados en la película o simplemente no salen. Por ejemplo, ahora me viene a la memoria una enfermera del instituto de Kaneda, que el chaval se la trajina para que le dé drogas y que al final la muchacha se queda embarazada; o por ejemplo, en el cómic la anciana mística tiene un papel fundamental pero en la peli sólo sale en dos ocasiones, y así un montón de cosas. No obstante, Katsuhiro Otomo consigue realizar una muy buena adaptación, creando un film diferente al manga pero conservando su mismo espíritu, y a pesar de que su final no lo entiende ni la madre que lo parió, se puede disfrutar a tope porque la peli tiene su planteamiento, nudo y desenlace (otra cosa es que no te enteres del desenlace).
A nivel argumental, "Akira" narra un historia llena de diferentes niveles. El más llamativo y evidente es el protagonizado por toda esa imaginería ciberpunk, con Kaneda en la moto, las explosiones y los rayos láser y los edificios a tomar por culo. Buena parte del éxito de la película reside en la verosimilitud de las escenas hiperviolentas, que te dejan con la boca abierta por su crudeza y espectacularidad. Pero "Akira" es mucho más que eso, siendo un auténtico comedero de coco intentar darle una explicación coherente a tanto misticismo y espiritualidad. El tema central de la película es la decadencia del viejo orden y la llegada de un renacimiento cósmico del copón. Hay que reconocer que el mensaje del film es un poquito bastante conservador, con esas democracias decadentes y corruptas, esos militares firmes e impertérritos, esos golpes de estado regeneradores y esa visión de la ciencia como amenaza sacrílega, pero es que el cogollo de la película es filosóficamente idealista y se asienta en el convencimiento de la supremacía del espíritu sobre la materia, espíritu que trasciende la carne y la mente para alcanzar su verdadero potencial místico. El mundo de "Akira" es un mundo decadente, estéril, vacío e ignorante de valores como la tradición, el deber o la disciplina. El ser humano, en nombre de la ciencia, rompió el equilibrio natural de las cosas y al final pasa lo que pasa, que el mundo realiza una transición bestial y monstruosa para recuperar el equilibrio, llevándose por delante a la mayor parte de la población mundial. En fin, Serafín, algunos de estos planteamientos maniquéos nos recuerdan mogollón al cine de ciencia-ficción norteamericano de los años 50, donde los malos eran los científicos de bata blanca y los buenos eran los militares prudentes, sensatos y con un buen pistolón. Pero Katsuhiro Otomo realiza una obra tan extraña y fascinante que las posibles y discordantes interpretaciones abundan como las setas después de la lluvia, y donde algunos ven una apoligía criptofascista otros ven una película anarquista-revolucionaria. Lo que está claro es que Otomo otorga una vital importancia a la espiritualidad del ser humano, auténtica esencia de la persona.
Dejando a Confucio a un lado, "Akira" también habla de las diferentes caras de la adolescencia, personificadas en cada uno de los personajes protagonistas: Kaneda representa la impetuosidad y la arrogancia; Tetsuo, la inseguridad y los sentimientos contradictorios y desbordantes; y Kei, el idealismo y el espíritu combativo. La mutua interacción de estos tres personajes modificarán su forma de ser y su visión del mundo, produciendose unas mutaciones radicales e influencias recíprocas: Tetsuo deja atrás sus dudas y temores y se convierte en una fuerza del universo y Kaneda se contagia del fervor revolucionario de Kei e incluso se convertirá en un líder anarkista (tal como se ve al final del manga). También destaca la relación de amistad entre Tetsuo y Kaneda, una relación que confirma el dicho de que "donde hay confianza, hay asco" y subraya el hecho de que toda amistad duradera conserva por igual aprecio y rencor. Pero como dije anteriormente, la gran virtud de "Akira" es que se puede disfrutar como una buena película de acción y ciencia-ficción ciberpunk, hiperviolenta y realista con unas escenas de infarto que quitan el hipo, con sangre a borbotones y contusiones varias. Gracias a estas escenas, podemos perdonarle a Otomo lo críptico y confuso de su mensaje de fondo y también algunas pretenciosidades del argumento. Hablando en plata, la película está muy guay y punto.
En fin, no creo estar exagerando cuando digo que "Akira" supuso un antes y un después en el mundo de la animación y la ciencia ficción, generando una influencia clave para el género que aún perdura hoy día. Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de Bandai Entertaiment.
Mención especial merece la banda sonora de la película, una auténtica obra maestra y pieza imprescindible para el éxito del film. Los temas fueron compuestos por la Geinoh Yamashirogumi, un colectivo japonés formado por cientos de personas de todos los ámbitos de la vida laboral y cultural y que hacen una música muy perita y variada. El pseudónimo del colectivo es Shoji Yamashiro y los muchachos realizan una mezcla explosiva de estilos que van desde la música tradicional japonesa hasta el rock sinfónico. Aquí os dejo todos los temas del film, para que los disfrutéis a gusto, cortesía de OdachiBladeRebirth.
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