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The relic (The relic, 1997, USA)
Dirección: Peter Hyams
Guionistas: pues un montón: Amy Holden Jones, John Raffo, Rick Jaffa y Amanda Silver, todos ellos basándose en las novelas de Douglas Preston y Lincoln Child
Género: Monstruos belloteros más bestias que un arado a pedales
Intérpretes: Penélope Ann Miller, Tom Sizemore, Linda Hunt, James Withmore
Sinopsis: Un antropólogo se va al Brasil a hacer el perla con los indios indígenas y de paso descubre unos hongos con la capacidad de mezclar el ADN de los bichos y crear engendros originales y divertidos. Pues bien, uno de estos bichos mitad rinoceronte, mitad triceratops mitad joputa, se cuela en un barco y llega al Museo de Historia Natural de Chicago y como el viaje le ha dado hambre, empieza a comerse los hipotálamos de los conserjes. La policía quiere cerrar el museo pero el alcalde dice que nones, que esa noche hay una fascinante exposición sobre las supersticiones del mundo y no se la quiere perder. Y aunque al bicho bellotero no le ha llegado la invitación, el chacho hará acto de presencia en la fiesta y la liará parda.

Pido a los lectores de esta fastuosa entrada que dirijan la vista un poco más arriba, a la portada del film, y lean la frase que esta en la parte superior de la misma, ya que ahí radica la clave de la película (o al menos lo que intentaron conseguir). Si el lector no quiere hacer este nimio esfuerzo, me dispongo a reproducir dicha frase a continuación (generoso que es uno): "Del productor de Aliens y del creador de los efectos especiales de Parque Jurásico" (que no significa lo mismo que James Cameron y Steven Spielberg, que conste). "The relic" es una película hecha por encargo para lucimiento de los novedosos efectos especiales digitales que no tardarían en imponerse en el género del fanta-terror con desiguales resultados, algunos impresionantes y otros nefastos (como los de la segunda trilogía de Star Wars). En esta ocasión, el uso de lo digital es correcto y comedido, limitándose a los movimientos del bicho, a las explosiones y a algunas mutilaciones espectaculares. No obstante, como es natural en esta época temprana, las escenas enriquecidas por ordenador adolecen de una escasa verosimilitud y fluidez, y a veces los efectos cantan como Carusso. No obstante, a nivel general, el resultado técnico es bueno y los efectos especiales se disfrutan guapamente.
En cuanto a la trama, la película se puede dividir en dos partes muy diferentes entre sí: los momentos divertidos y los momentos tostones-aburridos. La cosa se pone interesante cuando el personal se queda encerrado en el museo, a merced de una bestia hambrienta y sarvaje. Pero hasta que llega este momento tenemos que soportar una hora de prolegómenos poco acertados. Que sí, que vale, que el objetivo del director es elevar la tensión del film paulatinamente hasta conseguir un explosivo climax de masacre y mutilación, y ya de paso crear un microcosmos de personajes reales con sus problemas y sus inquietudes para que después sintamos pena si el bicho se lo come, pero la verdad es que Peter Hyams apenas lo consigue. Para empezar, la relación entre los protagonistas (la doctora y el policía) es poco creíble, incluso infantil, intercambiando continuamente comentarios jocosos y puyas sin mucho acierto. A través de unos diálogos vertiginosos el director intenta otorgar profundidad a los personajes pero desgraciadamente éstos no escapan del tópico y a cada uno se le puede poner una etiqueta identificativa (la doctora independiente a la par que dulce e brillante, el poli duro y supersticioso, el viejo adorable y paralítico, etc). Esta técnica, muy acertada en films como el magistral western futurista "Atmósfera Cero" (Outland, 1981), en "The Relic" queda muy poco natural, ya que una trama como ésta necesita una atmósfera de verosimilitud, no personajes ingeniosos que a la mínima te están contando una gracieta.
Otro aspecto poco conseguido de la película es la sensación de claustrofóbia que en teoría debería desprender el film. O sea, tenemos a un grupo de gente encerrada en un museo con un toro de mihura mutante que se los quiere jalar, planteamiento que da muchísimo juego (y un montón de muertes salerosas) pero lo que tenemos antes, durante y después del film son escenas de gente corriendo por alcantarillas y catacumbas mal iluminadas poniendo cara de miedo y desesperación. Quizás el problema del asunto está en la esencia del bicho: no es un alien sigiloso que se escabulle por los conductos de ventilación y aparece cuando menos te lo esperas. El monstruo de Relic es como un elefante en una cacharrería, que se le escucha trotar a varios kilómetros de distancia. O sea, que es dificilico crear escenas de suspense con tal engendro anticlimático.
No obstante, la película tiene escenas muy buenas y divertidas, sobre todo cuando se respeta la esencia buldozer del monstruo. Cuando se le deja suelto, el bicho es una auténtica amenaza aterradora, más que nada porque te destroza vivo sin despeinarse. Incluso posee un rastro de maldad y de lujuria que hubiera estado guay explotarlo más (memorable la escena en la que el bicho pervertido empieza a lamer a la doctora). Otra escena clave (pero muy corta) es la masacre de los Swats cuando entran por el tejado del museo, creando una sensación de descontrol e indefensión entre las fuerzas de orden público, que a pesar de las metralletas y el karate kid se cagan vivos del miedo cuando ven al bicho. Pero la joya de la corona es, sin duda alguna, la soberbia escena de la estampida en el museo, cuando aparece el primer muerto y la gente huye histérica en plan sálvese el que pueda (y si es posible, yo el primero). Está rodada con tal brutalidad, tal salvajismo y tal realismo que impresiona más que ver al bicho cortando cabezas.
En fin, acabando que es gerundio: "The relic" es una película de monstruos correcta y divertida, pero en esencia fallida, porque dándole el tono adecuado podría haber dado mucho más de sí.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de osdatabase.

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