Autor: Ensayo coordinado por Antonio José Navarro (crítico habitual de cine fantástico de la revista "Dirigido por"). Además, participan un puñado de críticos tales como Quim Casas, Roberto Cueto, Tomás Fernández Valenti, Roberto Curti, Ramón Freixas, Joan Bassa, Tonio L. Alarcón, Jesús Palacios, Rubén Lardín, Desirée de Fez, José María Latorre, Pablo Fernández, Carlos Aguilar, Javier G. Romero, Carlos Losilla, Ricardo Aldarondo, Ángel Sala, Emi G. Cortés, Zigor Etxebeste Gómez, Alfonso C. López y nadie más. Ahora, me haces el favor de coger una silla y descansar un rato.
Editorial: El libraco es una edición de la Semana del Cine Fantástico y de Terror de Donostia-San Sebastián
Primera edición: 2007
Tema: Un análisis del cine de terror USA desde 1968 a 1980 (¡eh, no vale, que te has copiado del título, así cualquiera!)
Tamaño: 17 x 23,5 x 2 cm
Número de páginas: 413 páginas
Sinopsis: La segunda mitad de la década de los 60 del siglo XX fue un desmadre. La embriaguez de la victoria de la Segunda Guerra Mundial se había evaporado completamente y el sueño de prosperidad económica y derroche absoluto llegó a su fin. A nivel mundial el descontento y la ira se estaban acumulando llegando a explotar en lo que se denominó el Mayo del 68 francés, uno de los últimos actos revolucionarios producidos en una superpotencia occidental (lo cual dejó acojonadito al capitalismo internacional). En Estados Unidos fue aún peor. Huérfanos tras el asesinato de Kennedy, inmersos en una de las guerras más crueles de la historia, padeciendo los primeros síntomas de la crisis económica de 1973 y saliendo a la luz, de una vez por todas, las desigualdades raciales de la tierra de la libertad, una atmósfera de inseguridad e inquietud se extendió por el pueblo yanki, hiriendo de muerte al sueño americano (que moriría definitivamente con la traición de Nixon, aunque más tarde Ronald Reagan lo reanimaría en plan "los muertos vivientes"). Todo esto propició el nacimiento de un nuevo tipo de cine fantástico más visceral, explícito e inquietante, que se alejaba del distanciamiento tranquilizador de los monstruos clásicos del cine, tales como los lejanos vampiros de la Europa del Este o los extraterrestres verde chillón que se ven a una legua de distancia, para crear un nuevo tipo de terror más ambiguo y cercano, que tuviera sus raíces el los aspectos tradicionales de la sociedad y la cultura norteamericana. Todo lo que antes había sido un refugio tranquilizador se convertía en una pesadilla acojonante. Los viejos castillos transilvanos fueron sustituidos por los bucólicos pueblecitos de la América profunda, llenos de granjeros afables y generosos que en el fondo esconden un monstruo más aterrador que el hombre lobo. La tradición se ve como amenaza, atraso y superstición, convirtiéndose en un peligro para el progreso. También hay una acentuación de la violencia y el sexo hasta límites insospechados (por estas fechas nace el cine gore), como respuesta al fracaso de la liberación pacifista-sexual hippie de los años 60 (recordemos el horrible asesinato de Charles Manson y su familia hippie de pirados satánicos). En fin, todo este sentimiento es recogido por una nueva generación de directores que saben plasmar en el celuloide las inquietudes y pesadillas de la época que les tocó vivir, autores tales como los famosos George A. Romero ("La noche de los muertos vivientes"), Tobe Hooper ("La matanza de Texas"), Wes Craven ("La última casa a la izquierda"), John Carpenter ("La noche de Halloween") o Brian de Palma ("Carrie"), pero también por un montón de directores no tan famosos cuya aportación es igual o mayor que la de los autores antes mencionados, como William A. Fraker ("Un reflejo de miedo"), John D. Hancock ("Let´s Scare Jessica to Death"), Curtis Harrington (Whoever Slew Auntie Roo?") o Jeff Gillen y Alan Ormsby ("Deranged") entre otros muchos. Resumiendo: la escuela no oficial del "American Gothic" narra un horror inmediato, cercano y grotesco, lleno de catetos con guadañas que te van a sacar las entrañas porque eres demasiado modelno, sectas satánicas aficionados al sexo salvaje y a la violencia cabrona, gente caníbal (viva o muerta) con cuchillo y tenedor, y sobre todo, un gusto extremo por lo macabro, lo visceral y lo explícito. En definitiva, un cine fascinante y auténtico.
"American Gothic" es un libro muy enriquecedor e interesante, pero el que avisa no es traidor (que después os lleváis un chasco y me queréis cortar los huevecillos): el estilo de análisis es similar al de la revista "Dirigido por" o al de "Cahiers Du Cinema", o sea, un estudio concienzudo, milimétrico y especializado de todos los aspectos del arte cinematográfico (dirección, guión, fotografía, producción, interpretación y todos los -óns que te puedas imaginar) para realizar teorías no solo cinematográficas, sino también culturales, políticas o sociológicas. Este enfoque apasionará a algunos (como a mí, lo reconozco) y tal vez aburra a otros que busquen una información más "neutra" al estilo del Fotogramas o del Cinemanía. No obstante, que nadie se asuste, cojones, que todos tenemos nuestro graduado escolar y el libro, aunque no es muy divulgativo para el lector no aficionado al terró, sí que es asequible para nuestro entendimiento y disfrute. La mayor virtud del libro es que recupera del olvido pequeñas joyas eclipsadas por el éxito de sus hermanas mayores, fomentando su visionado y promoviendo un reconocimiento a menudo negado por la ignorancia o el interés económico.
A nivel formal, el libro está compuesto por pequeños ensayos independientes entre sí, escritos por diferentes autores, lo cual tiene sus ventajas y inconvenientes, of course: la diferencia de estilos y enfoques le dan vidilla al libro y lo hacen muy entretenido y facilitan su lectura (ya que si el estilo de un autor no te gusta, no te preocupes, que 15 páginas después vendrá otro que tal vez sí te mole). El mayor defecto de obras de este estilo es la repetición de datos entre un autor y otro (le doy un premio al que me diga cuantas veces repiten en el libro que el término "American Gothic" proviene del famoso cuadro del artista Grant Wood), aunque, en cierta medida, las repeticiones son inevitables cuando se abarca un tema tan concreto de un período espacio-temporal tan limitado. Estructuralmente el libro se divide en tres partes muy diferentes entre sí (porque si fueran iguales sería una gilipollez dividirlas ¿no?): la primera es una contextualización del período histórico en cuestión, analizando todos los aspectos políticos, sociales y económicos que propiciaron el surgimiento de este modelo de cine fantástico. La segunda parte trata las temáticas y los subgéneros de los films, tales como el satanismo, los psychokillers, los justicieros o la infame serie Z. Y en el último segmento nos analizan las 20 películas claves del gótico americano, tan guapamente.
Por último, señalar que el libro tiene muchas letras juntas pero también tiene sus fotos en blanco y negro y en colour.
Y ahora digo lo que siempre digo: si quieres disfrutar plenamente del cine, échale un vistazo a obras como esta. No te defraudará (o puede que sí, qué sé yo...).
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