Dirección: William F. Fraker
Guión: Lewis John Carlino y Edward Hume, basado en una novela de Staton Forbes
Género: Terror pichológico, familias disfuncionales a lo bestia y asesinos ambiguos admiradores de la sota de bastos
Intérpretes: Sondra Locke, Robert Shaw, Signe Hasso, Mary Ure
Sinopsis: Margarita es una muchacha de 16 años muy estudiosa y artística ella. Pertenece a una familia adinerada y goza de todos los lujos y comodidades pero, desgraciadamente, a la chica le falta un hervor y tiene la cabeza fatal. La pobre vive traumatizada porque, por un lado su padre se fue de casa a por tabaco antes de nacer ella y ya no volvió más, y por otro lado, porque su madre y su abuela son muy sobreprotectoras y la tienen encerrada en la mansión familiar, no dejándola salir a la calle a pasear o a tomarse una horchata, no se vaya a resfriar. La pobre está tan sola que ha hecho amistad con los peces de su acuario, las amebas de la charca y con sus muñecos, y a ellos les cuenta sus problemas. El dato curioso consiste en que uno de esos muñecos, Aaron, le contesta y mantiene conversaciones con Margarita. Pues bien, un día aparece el padre perdido porque quiere que su mujer le firme el divorcio para casarse con una moza más joven, y su hija Margarita se queda prendada con su papi y ya no quiere separarse más de él ni con agua caliente (desarrollando un complejo de Electra de aupa). Y es aquí cuando se lía parda, porque Aaron, el muñeco cabrón, es muy celoso y tiene muy mala leche, sacando el garrote a pasear a la mínima oportunidad.
"Un reflejo de miedo" es una de esas joyas ocultas y desconocidas que vale su peso en diamantes. La película es pura dinamita tanto en la forma como en el fondo, adelantándose a su tiempo un puñado de años y cosechando, desgraciadamente, incomprensión y rechazo entre sus coetáneos, que no estaban preparados para una historia que mezclaba asesinatos bestiales, incesto papi-hija, onanismo desesperado y ambigüedad sexual. La mayor virtud del film es que es muy atrevida conceptualmente pero a nivel formal es muy clasicista, huyendo del morbo fácil, de la chabacanería sexual y del despelote generalizado (en la peli no sale ni un desnudo). El tema central de la película es la decadencia de una forma de vida (la de la madre y la abuela de Margarita), una pseudo-aristocracia decimonónica decadente capaz de alterar la realidad para seguir viviendo una mentira que promueva un onanismo mental. Tal decadencia está ejemplificada por la vetusta mansión solariega de la familia, un caserón siniestro muy elegente y mu bonito pero que tiene muchas telarañas y podredumbre en sus entrañas. Allí el tiempo se ha detenido, el cambio no existe (la mansión y sus alrededores están envueltos por una bruma inquietante que potencia esa atemporalidad) y sus habitantes quedaron congelados en un período del pasado más feliz (pero que rezuma impostura por todos lados): la abuela sigue siendo la matriarca de la familia; su hija sigue siendo un pelele a las órdenes de su madre y Margarita, una muchacha ya con unos añitos para salir de copas y tener novio, es una niña eterna con modos infantiles que juega con sus muñecas. El problema es que ya no es una niña y para frenar sus hormonas revolucionadas vuelca toda su represión sexual en su padre ausente, amándolo de manera platónica pero también de manera jincable. Por ello, cuando el papi aparece por el horizonte, a la muchacha le falta tiempo para sobarlo a conciencia, abrazándolo, dándole besos o metiéndole mano directamente. El culmen de esta relación incestuosa llega en la perturbadora escena en la Margarita se masturba oyendo a su padre y a su amante copulando. La sexualidad bizarra también hace acto de presencia en los asesinatos (pocos) que posee el film, ya que el asesino porta un palo enorme que simboliza un falo, con el cual mata a sus víctimas pero también las viola metafóricamente. Pero como ya dije anteriormente, William F. Fraker elude toda escena morbosa en primer plano, reflejando todas estas perversiones de manera sutil, muchas veces fuera de plano, potenciando el horror al sugerirlo en lugar de mostrarlo a las claras.
Otro aspecto interesante del film es el especial tratamiento de las secuencias que enmarcan períodos temporales muy cortos. El director puebla el film con postales de menos de 10 segundos que muestran momentos y sentimientos concretos, que transmiten una sensación contradictoria de fugacidad y eternidad (potenciada por esos cambios de plano atenuados, fundiendo la escena saliente con la entrante). Estas escenas son gotas de agua que finalmente desbordarán el vaso del misterio de la película, piezas de un puzzle muy evidente que finalmente encerrará una sorpresa explosiva que supondrá un giro de tuerca demencial del "Psicosis" de Hitchcock.
Por último, subrayar el magistral papel interpretado por Sondra Locke, que haciendo honor a su apellido, hace un papel que está muy Locko (el chiste es mío). Su atípico, andrógino y fascinante rostro (con unos ojos muy expresivos) otorga a su personaje ingenuidad, demencialidad, patetismo y tragedia. A veces víctima indefensa, a veces maquiavélica conspiradora, el secreto de Margarita es la pieza central del film y el cimiento en el que se basa la mansión solariega y sus decadentes costumbres.
Como ya dije en un principio, la película no fue bien recibida por el gran público, en parte por culpa de la productora. Cuando Columbia Pictures vio el film, le entró un miedo terrible y alteraron el montaje original del director para hacerla menos polémica. Además, estrenaron la película dos años después y lo hicieron por lo bajini, sin apenas promoción, no se vaya a escandalizar la gente. Este infame atropello de los productores fue un varapalo tanto para el director William F. Fraker (que no volvió a levantar cabeza y con los años acabó rodando capítulos para Walker Ranger Texas de Chuck Norris) ni para Sondra Locke (que hizo un montón de películas infumables con Clint Eastwood).
Pero bueno, aquí estoy yo para recomendar esta grandiosa película, ejemplo magistral de terror psicológico, que estoy seguro que os perturbará tanto como a mí.
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