Profanando el sueño de los muertos

Profanando el sueño de los muertos. La historia jamás contada del cine fantástico español. Libro
Autor: Ángel Sala, escritor y crítico de cine. En sus ratos libres dirige el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges.
Editorial: Scifiworld, la casa del fantástico
Primera edición: 2010
Tema: Enumeración y análisis pormenorizado de todo el cine fantástico (en sus múltiples variantes) producido o co-producido en España cañí.
Tamaño (porque el tamaño importa): 17x24x3 centímetros
Número de páginas: 352 páginas
Cubierta: Rústica (tapa blanda, pa entendernos) con solapas
Además...el libraco tiene un montón de fotografías de escenas de pelis y de carátulas. Los otros días las conté y me salieron 654 foticos (¿o eran 655?).
Sinopsis: El subtítulo del libro no es una mentira ni una exageración andaluza: Ángel Sala se arremanga las mangas y realiza un monumental trabajo de arqueología cinematográfica para rescatar del olvido y de la ignorancia TODAS las películas fantásticas producidas en el país de la piel (y los cuernos) de toro. Tampoco esperes un análisis de cuatro páginas de cada una de ellas, pero como mínimo te la mentan, te ponen el año, el director y la sitúan en su tendencia, corriente o estilo correspondiente. Desde tiempos inmemoriales, los españoles nos hemos caracterizado por tener mucho cuento y esto se ha visto reflejado en nuestras manifestaciones culturales, incluido el cine, que a pesar de no contar con una industria potente como en otros países, hemos hecho películas como churros y no pocas han sido del género fantástico, esto es, cualquier película con elementos metafísicos, paranormales, alegóricos o que se salgan de lo corriente. Dentro de este ensayo quedan recogidos todos los sub-géneros que caracterizan el fanta-terror, tales como las películas de susto, de ciencia-ficción, de misterio, de intriga, de asesinatos, de realismo mágico y de perros verdes. El lector podrá descubrir las películas de género que han estremecido (para bien y para mal) las esencias y las consciencias de la población mundial, ya que muchas de ellas han sido disfrutadas (o padecidas) a nivel internacional y ahí están para demostrarlo nombres inmortales como Amando de Ossorio, Jess Franco o Jacinto Molina.
El libro está dividido en 8 capítulos que parcelan el cine patrio en períodos históricos. El primero va de 1896 hasta 1929 y recoge el cine proto-fantástico de Segundo de Chomón y Luis Buñuel con su perro andalú; el segundo capítulo va desde 1930 hasta 1943 y rescata del olvido un cine fantástico ensombrecido por las convulsiones políticas que padeció el país por aquella década; el tercer capítulo comprende los años 1944-1960 donde se desarrollan las primeras experimentaciones de autores como Edgar Neville, Carlos Serrano de Osma, Ladislao Vadja (y su Marcelino pan y vino tinto), Fernando Fernán Gómez y ¡Orson Welles!; en el capítulo 4 (1961-1967) se cuenta cómo culmina el cine fantástico patrio de la mano de Jesús Franco, gracias a la rica herencia cinematográfica precedente; y a los que le tema arqueológico no les guste, a partir de la página 71 empieza lo gordo, porque el capítulo 5 trata el tema de la expansión y el super-éxito popular del cine fantástico español, desde 1968 hasta 1975, de la mano de Jacinto Molina, Jesús Franco, Amando de Ossorio, Víctor Erice, Carlos Saura y un largo etcétera; como todo lo que sube tiene que bajar, en el capítulo 6 nos cuentan el declive y la decadencia del género, padecido entre 1976 y 1983, a excepción de una obra maestra llamada "Arrebato" de Iván Zulueta; El capítulo 7 (1984-1996) y el capítulo 8 (1997-2010) recogen la última etapa del cine fantástico español, repasando las obras más recientes dirigidas por autores como Pedro Almodóvar, Álex de la Iglesia, Alejandro Amenábar, Juanma Bajo Ulloa, Julio Medem, Carlos Saura, etc. El libro también cuenta con un apéndice que recoge varios temas que se le quedaron en el tintero al autor, como el cine de animación, el fantástico televisivo, directores españoles que rodaron en el extranjero y el género a través del cortometraje. Y por último, lo mejor del libro (según la madre de Ángel Sala): en la página 346 tenemos una foto a toda plana del escritor, con un par, para que la gente lo reconozca por la calle.

Amiga lectora, amigo lector: hacer una película de género cuesta mucho mucho dinero. Tanto que, aquellos países que no cuentan con una industria cinematográfica importante deben mover cielo y tierra para realizar unas películas medio decentes. Y lo mejor de todo es que los pedantes culturales y los intelectuales gafapastoides menospreciarán el film poniéndole la etiqueta de "entretenimiento" como si eso fuera algo malo. Paradójicamente, estas películas son las más demandadas por el público, que o bien quieren evadirse de la cruda realidad o bien quieren experimentar sensaciones fuertes. Y nada mejor para lo uno y para lo otro que el llamado cine fantástico, un cine que altera momentos o percepciones cotidianas para regalarnos explosiones de irrealidad refrescantes que engloban todos los sentimientos y sensaciones imaginables a través de unos relatos donde todo es posible y ninguna ley está escrita. Ya sean monstruos o vampiros, dinosaurios gigantes o pueblos fantasmas, naves de otra galaxia o fuerzas mágicas de la naturaleza, el cine fantástico es especial. Pero, retomando el hilo de la primera frase, hace falta mucha pasta, money e guita para que la cosa funcione. Y a falta de dinero, buena es la creatividad.
Sin paños calientes: la industria cinematográfica española es inexistente. Siempre lo fue. España no gozó de una revolución industrial sana y la burguesía siempre estuvo vinculada al ejército, a la iglesia o a la aristocracia. Por esto, la industria en este país nunca ha tenido perspectivas de un desarrollo a largo plazo y esto incluye al cine. La aparición de películas en España se debía más a iniciativas aisladas de empresarios visionarios (que tarde o temprano acababan arruinados y debían dejar el negocio) que a un proyecto sólido de crear unos estudios solventes y un mercado de entretenimiento nacional e internacional. Por este motivo, nuestro cine de género siempre ha sido deudor del cine extranjero (preferentemente anglosajón), de sus tendencias y de sus fobias, en un intento de aprovechar el éxito de películas rodadas con mayor presupuesto gracias a una industria sólida. No obstante, en todos lados cuecen habas, y ya sea en España, en la India, en Perú o en la China continental, siempre hay genios que superan las limitaciones materiales para plasmar su modo de entender el mundo a través del arte, alejados de modas y tonterías, siendo fieles a si mismos, creando obras únicas y potentes que nada tienen que envidiar al cine norteamericano harto de billetes. "Profanando el sueño de los muertos" (título elegido en honor a Jorge Grau, que dirigió la mejor y más trascendental película de zombies española, con permiso de Ossorio) es un homenaje en toda regla a esas personas que contra viento y marea sacaron su proyecto adelante, creando un imaginario fantástico cuyo principal objetivo era entretener ¡y a mucha honra!
En la época actual, el cine fantástico español tiene poco de "español", ya que se ha dejado invadir culturalmente por la influencia anglosajona ¡y cómo no hacerlo, si las películas de género más taquilleras son de allende los mares! En este país, el director que quiera sacar adelante un proyecto de género tiene que pensar en la coproducción o rodar directamente en inglés para el mercado internacional. Aunque a nivel comercial ésta es la solución más acertada, a nivel artístico se pierde la idiosincrasia ibérica (ya sea central o periférica) en pos de una "norteamericanicación" del cine fantástico. Pero como dijo un filósofo: "para bien o para mal, esto es lo que hay".
Resumiendo: "Profanando el sueño de los muertos" de Ángel Sala es libro muy completo y muy educativo (eso sí, con más de una errata), con mucha información en plan enciclopedia y narrado con un discreto pero eficaz estilo literario (aunque lleno de repeticiones, ¿no hay por ahí un diccionario de sinónimos y antónimos?). Un libro muy recomendable y muy bonito a nivel gráfico, con un montón de fotos a color. Ideal para regalarlo por un cumpleaños o una comunión.

Ghoulies 2

Ghoulies 2 (Ghoulies 2, 1987, USA)
Dirección: Albert Band
Productora: Empire Pictures (que dios nos coja confesaos)
Guión: Dennis Paoli y Charlie Dolan, basado en los personajes creados por Luca Bercovici
Música: Fuzzbee Morse
Fotografía: Sergio Salvati
Género: En inglés culto, "Tiny Bastard Monsters", o sea, monstruitos cabrones e joputas
Intérpretes: Damon Martin, Royal Dano, Phil Fondacaro, J. Downing
Sinopsis: Un sacerdote viejuno les quita a tres nazarenos satánicos una bolsa llena de Ghoulies, esto es, unos duendecillos bastardos más malos que un dolor en las gónadas. Los bichos se cargan al sacerdote sin ningún problema y después se cuelan en un camión que transporta una atracción de feria llamada "La Guarida de Satán" y claro, los ghoulies se emocionan porque le recuerda a su casa en el infierno. Los propietarios de la atracción son un viejo mago curda, su sobrino post-adolescente y un señor enanito que se sabe las obras completas de William Shakespeare y los tres son mu amigos pero no ven un dollar desde hace tiempo. Pues bien, la trupe llega a una feria e instalan su atracción, pero de pronto aparece el propietario cabrón y les dice que o aumentan la recaudación de taquilla o a la puta calle. Como su atracción es más bien mierdosa, los tres ya se ven en la cola del paro, pero que no panda el cúnico que los ghoulies van a animar el espectáculo con sus payasadas sangrientas y, de paso, se meterán en el WC para cogerte de los huevecillos (pero de buen rollo).

Tras el éxito inesperado de la divertida y resultona "Ghoulies" (Luca Bercovicci, 1985), la productora Empire, famosa por sus producciones serie Z cutre-lux, no dejó escapar la oportunidad de crear una franquicia y forrarse de billetes exprimiendo el punto fuerte de la primera parte, esto es, los primos pobres de los guiñoles de Frank Oz, esos encantadores monstruitos que se nota a la legua que son marionetas (y bastante malas, por cierto) pero como son muy gamberros y divertidos, se lo perdonamos todo. Pero si en la película de Bercovicci los Ghoulies eran un mero elemento adicional del argumento y los verdaderos protagonistas eran el brujo-mihura y su hijo bellotero practicando magia negra, en "Ghoulies 2" Empire dijo "¿no querías caldo? ¡pues toma dos tazas!" y los supervillanos de la película son única y exclusivamente los Ghoulies, que se dedican a putear al personal durante todo el metraje. Pero tampoco exageremos, caramba, que sólo son 5 Ghoulies: el Ghoulie volador, el Ghoulie-Gato, el Ghoulie-narizón, el Ghoulie con chepa y mi favorito, el Ghoulie verde-calvito con afición por los WC. También al final sale un monstruo de tamaño humano y pare usted de contar, que tampoco había dinero para comprar más marionetas. En cuanto a los efectos especiales, pues en la onda de la serie Z, más o menos lamentables pero eficaces y entrañables. Lo más destacable es que por fin vemos a los Ghoulies caminar con sus patitas, en un ejercicio de stop-motion plan Harryhausen que canta más que Carusso. Y poco más, alguna explosión, algún electrocutamiento y sacabó. O sea, que no esperes ver unas batallas mágicas del copón ni rayos de color azul y rojo como en la primera parte. El tema de la brujería queda relegado a un segundo plano en esta secuela, tomando mayor importancia las relaciones humanas de los protagonistas del film, un grupo de feriantes sin dinero pero con mucha dignidad y compañerismo dispuestos a enfrentarse a un empresario sin escrúpulos para defender su estilo de vida comunitario, solidario y artístico. Este enfoque del argumento a nivel humano queda muy bonito pero a nivel terrorífico puede aburrir a más de uno, sobre todo si lo que quiere es ver a bichos matando a gente y no a unos pobres hombres a punto de quedarse en el paro (para eso ya están las noticias). No obstante, aunque los personajes son bastante tópicos, no por ello dejan de ser interesantes, como por ejemplo el viejo mago alcohólico, cuyos demonios personales lo atormentan constantemente y necesita beber hasta el agua de los floreros para olvidar. ¿Quizás practicó magia negra de joven y por eso está todo el día bebido? Eso explicaría porqué tiene un libro de brujería en el baúl. Por otro lado está el señor de talla baja interpretado por el actor Phil Fondacaro, cuyo personaje también encierra una historia trágica: el hombre es un gran actor de obras clásicas pero su estatura le condena a trabajar en ferias de mala muerte. Su personaje es divertido (con esa afectación aristocrática) pero también emociona (hay una escena que es de llorar que se te saltan las lágrimas). También destaca el implacable empresario, un guaperas elegante que durante toda su vida siempre se ha salido con la suya porque su padre es rico (tan real como la vida misma) pero como al final obtiene su merecido, nos congratulamos y que le jodan (¿qué le haría el ghoulie para que chillara tanto? ¿una colonoscopia salvaje o un tacto escrotal?). En el lado opuesto del reparto, están los personajes del sobrino y de la bailarina, que no pueden ser más planos y aburridos. Destaca la historia ñoña y melodramática de la funambulista frustrada, que como vio a su hermano pegarse una hostia tiene vértigo crónico pero al final de la peli supera su fobia para subirse en una noria y salvar el mundo. En fin, como ya dije antes, la historia de los ghoulies se ve enriquecida (o lastrada, según se mire) por el tema de la lucha de los feriantes contra el despiadado empresario que quiere cerrar las atracciones que no den dinero, una idea que es muy del gusto del norteamericano medio, ya que la defensa de la pequeña propiedad privada frente a las mega-corporaciones es uno de los pilares que sustentan el sueño americano.
En cuanto al guión, es bastante decente aunque no se libra de unos cuantos diálogos absurdos y ridículos (verbigracia, un tío va y dice entusiasmado: "¡A mí me gustan las ratas!"). El interés no decae porque hay muertos cada x minutos y al final se produce la esperada masacre general, con los Ghoulies cabrones desplegando su salvajismo por toda la feria. No obstante, que nadie espere ver un festival de gore y mutilaciones unánimes, ni mucho menos. La violencia de la película es muy light y las muertes ocurren fuera de plano sin un mísero "Slasher" o acuchillamiento. Además, en toda la película no hay ni una escena de destete y apenas sale una pareja de enamoraos besándose y tocando género. Quizás el objetivo de tanta contención en lo violento y en lo sexual tenía como objetivo atraer a un público tardo-infantil y así ampliar el target de taquilla, que nunca vienen mal unos dólares de más.
En fin, "Ghoulies 2" no defraudará a los seguidores de la primera parte, ya que conserva su espíritu gamberro y puñetero. Aunque posee deficiencias evidentes, la película es resultona y se deja ver, ideal para una sesión doble ochochentera.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de vidgrave.

Muñeco diabólico

Muñeco diabólico (Child´s Play, 1988, USA)
Dirección: Tom Holland
Productora: Metro Goldwyn Mayer/United Artist
Guión: Don Mancini, Tom Holland y John Lafia
Música: Joe Renzetti
Fotografía: Bill Buttler
Género: Pues lo dice el título, cojones: un muñeco cabrón con más peligro que el Pipi Max en un Oktoberfest
Intérpretes: Brad Dourif (nuestro querido Chucky de toda la vida), Catherine Hicks (mujer y madre en la vida), Chris Sarandon (el hermano gemelo de Agustín Bravo), Alex Vincent (el niño empanao, que por cierto no lo busques por internet porque sale su foto de ahora y el niño ha crecido a lo ancho y a lo bellotero)
Sinopsis: Es el cumpleaños de Andy y lo que más quiere el niño es el muñeco de moda de estas navidades, "Good Guy", un berraco de metro y medio que parece un crío de verdad. La madre ese mes está un poco apurada a nivel financiero y como el muñeco cuesta una pasta gansa, al final le regala unos pantalones (¡qué manía tienen las madres con regalar ropa! ¡Queremos juguetes!) y la caja de herramientas del Good Guy. El niño se lleva una decepción más grande que cuando le dijeron que Santa Claus y el Ratoncito Pérez son los padres y se aguanta. Afortunadamente, la madre consigue un Good Guy a mitad de precio en el mercado negro y por fin puede darle al niño un regalo decente. Lo que no sabe la insensata es que dentro del muñeco está el alma de Charles Lee Ray, un criminal reincidente que un buen día no tuvo mejor cosa que hacer que introducir su espíritu en el muñeco, más que nada porque un madero le pegó un tiro en el pecho y el pobre estaba listo de papeles. Pues bien, Charles (o Chucky, que es como se le conoce ahora) se vengará de todos sus enemigos mientras juega a las casitas y a tomar el té con Andy, el cual flipará en colores al ver que su muñeco está más vivo que los de Toy Story 3.

Señoras y señores, cuando Tom Holland parió a su playmobil con mala leche, esa tarde nació una estrella del rock and roll y del machete, porque "Muñeco Diabólico" es todo un clásico dentro del cine de terror exploit de los años 80 y un refrescante revival del subgénero psychokiller, que el pobre ya estaba muy gastado y muy quemado, que se nos rompió el amor de tanto usarlo. El impacto de la cinta de Holland fue tal dentro del panorama decadente del género que dicha fama catapultó a Chucky al panteón de los monstruos, asesinos y bastardos varios e icono por méritos propios dentro del terror cutre-charcutero que tanto nos gusta e divierte. Pero "Muñeco diabólico" no fue sólo un éxito por ser un paréntesis refrescante en un contexto en declive, sino también porque la película está muy guay, es muy digna y muy entretenida, tiene sus muertos, sus sustitos y un super-villano carísmático y cabrón, o sea ¿que qué más quieres? (mil millones de pesetas, pesos o euros, for example, pero esa es otra historia).
"Muñeco diabólico" es el ejemplo perfecto del postmodernismo que imperaría a nivel general en la década de los 90, esto es, la utilización de unos conceptos y situaciones antiguos de una manera nueva y original. Porque no nos engañemos, lo de las muñecas asesinas es más antiguo que llover pa´bajo y ha sido utilizado infinidad de veces en la literatura, el cine y la televisión para asustar al personal, ya que por lo visto estamos hablando de un miedo atávico del ser humano desde que algún listo se le ocurrió la genial idea de hacer reproducciones en miniatura de las personas (una prima mía tenía una muñeca de Doña Rojelia que me daba mucho miedo). Tom Holland no inventa la rueda con su muñeco diabólico, pero tampoco le hace falta, simplemente aprovecha el impacto conceptual y visual de la idea y le otorga un nuevo caríz. Hasta entonces, el tema de los juguetes asesinos se dividían en dos: género femenino: muñecas con un espíritu maligno dentro; género masculino: muñecos de guiñol. Pues el director tira por el camino del medio y te hace un muñeco que supone una amenaza directa físicamente hablando (pegando cuchilladas a la mínima oportunidad) pero que también está relacionado con fuerzas metafísicas cabronas (en este caso, el vudú). Rizando el rizo, también podríamos añadir a la ecuación un factor de terror psicológico potente, porque en el guión original el director quería plantear la posibilidad de que el niño fuera el verdadero asesino, creando dudas en el espectador o preparando un final sorpresa que revelara la verdadera identidad del asesino. Pero tampoco tenemos que hilar tan fino para poder disfrutar de la película, ya que su horror slasher y su humor negro son los verdaderos protagonistas del film.
A pesar de que el guión posee unos cuantos fallos estructurales y cagadillas conceptuales, la historia es eficaz y muy entretenida (y eso que el guión no es para nada original ni plantea situaciones novedosas). Tras un prólogo que sentará las bases de la película y una media hora donde se plantea la situación y aumenta la tensión ambiental, el espectador obtiene lo que promete el título: un muñeco asesino sacando el cuchillo a pasear. Los crímenes son brutales (peaso martillazo que se lleva la pobre muchacha en la cabeza) pero dentro de la sobriedad y el buen gusto que exige el slasher y donde prima el sobresalto antes que el abuso de hemoglobina. También tiene sus escenas de acción emocionante (el ataque al policía en el coche) y situaciones tensas que te ponen de los nervios hasta el final. Pero, por supuesto, sobre todas las cosas, destaca el apartado de los efectos especiales, sobre todo en los realistas rasgos del rostro del muñeco y en sus expresiones de mala leche y odio (todavía impresiona hoy día, en plena era digital, cuando Chucky pone esa cara de asesino estreñido). A nivel fotográfico, la peli también se adelantó a su tiempo, mostrando unas escenas muy claras y luminosas, alejadas de sus contemporáneas que se empeñaban en ocultarlo todo con la poca iluminación. Por eso, como el tomate está en el muñeco ¡pues que se vea bien, caray, que nos ha costado una pasta diseñarlo! Además, tal como dijo en su día Tom Holland, él quería hacer una película donde el mal estuviera en las situaciones de la vida diaria, amenazas en objetos que nos rodean habitualmente y en las condiciones cotidianas (o sea, que nada de bosques ni sótanos llenos de cadenas ni calderas) (sorry, Jason y Freddy).
La película fue un éxito en taquilla y generó una franquicia como es habitual en estas cosas. Tuvo dos secuelas consecutivas, que aunque no te lo creas, se titularon "Muñeco Diabólico 2" (1990) y "Muñeco Diabólico 3" (1991), pero la década de los 90 fue fatal para las franquicias exploitation y habría que esperar hasta 1998 para que Ronny Yu dirigiera la genial "La novia de Chucky" que tuvo una secuela por no utilizar anti-conceptivos: "El hijo de Chucky" (2004). La tendencia progresiva en estos casos es que los elementos terroríficos sean sustituidos por los humorísticos y "Muñeco Diabólico" no fue una excepción, pero gracias a la corta vida de la franquicia, no se llegaron a los niveles de decadencia y patetismo de otras sagas literarias juveniles (como Viernes 13). En este primer "Muñeco Diabólico" hay un buen equilibrio entre comedia y terror, con lo cual la película sigue asustando pero no resulta espesa a nivel argumental.
¡Y ya está bien, hombreee! ya tienes todas las razones del mundo para ver este incunable de los años 80, pero si todavía no te has decidido, aquí te dejo el trailer del flim, cortesía de Valeriehater666.

Beyond Re-Animator

Beyond Re-Animator (Beyond Re-Animator, 2003, España)
Dirección: Brian Yuzna
Productora: La Fantastic Factory (que dios nos coja confesaos)
Guión: José Manuel Gómez y Miguel Tejada Flores, basado en los personajes y situaciones creados por Stuart Gordon, que a su vez están basados en una serie de relatos de terror de H.P. Lovecraft
Música: Kavi Capellas
Fotografía: Andreu Rebés
Género: Pues una mezcla de "Celda 501" de Monzón y "Todos a la cárcel" de Berlanga, pero en nefasto
Intérpretes: Jeffrey Combs, Jason Barry, Elsa Pataky, Simón Andreu y Santiago Segura haciendo el ganso
Sinopsis: El profesor Herbert West tiene más vidas que un gato y después de que una cripta se le cayera encima, el muchacho sigue rompiendo los límites de la vida y la muerte con sus jeringas de color verde fosforito. Como es habitual en sus experimentos, uno de sus engendros escapa y mata a una muchacha ante la atenta mirada de su hermano pequeño, pero esta vez la policía captura a West y lo entrulla en la cárcel pa los restos. Por el camino, al profesor se le cae la jeringuilla con el líquido vivificante y ¿adivináis quién lo coge? Pues el hermano pequeño de la chica asesinada (que se llama Howard Phillips), que por lo visto se quedó obsesionado con la desaparición de su hermana y decidió estudiar medicina a saco. 13 años después, el chavea ya es un doctor hecho y derecho y se incorpora a trabajar en la cárcel donde está preso Herbert West, entre otras cosas para proseguir con las investigaciones resurrectoras con la ayuda del infame profesor, porque Howard Phillips es muy bueno y lo que quiere es ayudar a la humanidad entera con el líquido verde. Herbert West no es tan ambicioso y se conforma con reanimar a alguien sin armar un cristo.

"Beyond Re-Animator" es un buen ejemplo de como un proyecto prometedor puede convertirse en un montón de mierda. ¿Cómo es posible hacer una película taan mala partiendo de una base tan solvente como la original e inolvidable "Re-Animator", dirigida por Stuart Gordon, y "La novia de Re-animator", una película dirigida correctamente por Brian Yuzna que aunque no era tan brillante como su predecesora estaba al mismo nivel en humor, gore y gamberrismo? Porque no nos engañemos, aunque los efectos especiales y la puesta en escena sean correctas, "Beyond Re-Animator" es mala, mu mala, mala de solemnidad, que no lo arregla ni la participación en el reparto del mismísimo Jeffrey Combs ni de la potente Elsa Pataky enseñando muslamen ni de Santiago Segura Superstar (que como showman no tiene precio, pero le sacas de su Torrente y el tío te hace unas interpretaciones de pena). No es que el guión sea malo (que lo es) ni que los actores lo hagan fatal (que vaya si lo hacen), el problema es que el proyecto poco o nada tiene que ver con la verdadera esencia de la saga "Re-Animator", quedando todo más falso que una moneda de tres caras y dejando al fan de toda la vida con una sensación de que le han estafado cosa mala y que han jugado con sus dulces recuerdos de juventú (y de atraer a nuevos espectadores, mejor no hablar).
Para empezar, el personaje de Herbert West está totalmente descafeinado y apenas vemos en él el genial histrionismo, gandilocuencia y amoralidad que tanta fama le dieron en las películas precedentes. Durante toda la película, el actor Jeffrey Combs se limita a fruncir el ceño, arquear la boca y hacer alguna que otra gracieta y tira millas (así debía de ser su sueldo). A veces hace acto de presencia el viejo y querido West (cuando hace algún comentario misógino o cuando le inyecta el líquido al alcaide, sin pensar en las consecuencias) pero son oasis en un inmenso desierto interpretativo. Lo que debía ser el punto fuerte de la película se convierte en una de las mayores decepciones. Por otro lado, la comparsa de Herbert West es un niñato que no tiene ni media hostia, que sustituye con muy poca fortuna al primo-hermano de Jesulín de Ubrique, Bruce Abbot (al menos lo mentan en la película). A pesar de que Howard Phillips (si te tengo que explicar por qué le han puesto este nombre al personaje, apaga y vámonos) tiene una motivación muy interesante y depravada para proseguir las investigaciones de West, esto es, el amor incestuoso por su hermana asesinada (¡cuánto juego podría haber dado en manos de un guionista avispado y sin escrúpulos!), al final tan prometedora premisa se diluye en los habituales lloriqueos del gilipuertas ante los primeros horrores y en los previsibles jincamientos con la escultural (que no es lo mismo que es-cultural) Elsa Pataky, que menos mal que la actriz de doblaje Ana Pallejà le ha prestado la voz, porque de esta manera la Pataky es más soportable a nivel no-cárnico, que la muchacha está que cruje pero de interpretación anda escasa y para más inri su personaje es aburrido y se ve a la legua lo que le va a pasar. En cuanto a la chorrada tipo "Doctor Jeckyll y Mr. Hyde", habría que hacer una castración química al listo que perpetró esa idea.
En cuanto al argumento, yo tampoco pido que sea "Crimen y Castigo 2" pero ¡por favor! un poquito más de imaginación y salero, que el cogollo de la película se puede resumir en una servilleta. Con la de tópicos que tienen las películas de cárceles, la historia podría haber sido muchísimo más divertida e interesante. La peli empieza bien, con ese correcto prólogo que no es para lanzar cohetes pero al menos da lo que promete: un re-animado matando a una muchacha que segundos antes tenía la cabeza de su hermano entre los muslos (¡!). Después tenemos la presentación de los personajes, y es aquí cuando la cosa empieza a oler a chamusquina, que éste no es mi re-animator, que me lo han cambiado. Y a partir de aquí, mogollón de escenas presuntamente cañeras pero que aburren bastante. Brian Yuzna se esfuerza en intentar conseguir el tono salvaje y gamberro de las anteriores películas, pero lo único que consigue son escenas confusas, atropelladas y gratuitas. Si ya en "La novia de Re-Animator" la masacre final era un pelín decepcionante, en "Beyond Re-Animator" las escenas gore son aburridas (no despiertan el más mínimo interés), predecibles (sabes lo que va a pasar) y monótonas (siempre lo mismo). Y que conste que no me quejo de los efectos especiales sino de la sosez del despliegue de babas, sangre y vísceras, que parece que lo hacen con desgana y todo. El ¿humor? de la peli es también de juzgado de guardia, basado en golpes de efecto carentes de gracia, como la ridícula transformación ratonil del Alcaide (interpretado por el veterano Simón Andreu, que en esta ocasión está totalmente fuera de lugar) y las gracietas varias de Santiago Segura (que resulta cansino).
Y poco más puedo decir de esta película. "Beyond Re-Animator" es una decepción total. A pesar de contar con alguna escena divertida y gamberra (como la del pene karateka), momentos interesantes (como el de la mano contorsionista de Elsa Pataky o su destino final) y un trabajo técnico muy profesional, el conjunto es un mojón de los que hacen época. En algún lugar he leído que Brian Yuzna está planeando una nueva trilogía de la saga Re-Animator, (como si ya no hubiera hecho bastante con esta última). Pues bien, Yuzna, rézale a Santa Lucía para que te aclare la vista, porque si no a la próxima te capan...
Bueno, ya os he contado mi versión. Ahora le toca a Brian Yuzna y a su gente. Aquí os dejo el Making of de la película, cortesía de Vimesy.


Donnie Darko

Donnie Darko (Donnie Darko, 2001, USA)
Dirección: Richard Kelly
Productora: Flowers Films
Guión: Richard Kelly
Música: Michael Andrews
Fotografía: Steven Poster
Género: Pues no tengo ni idea, porque la película es más rara que un perro verde. Haciendo un profundo esfuerzo de análisis y concentración, podría decirse que la peli es una mezcla de ciencia-ficción, fantasía teológica, terror psicológico y crítica mordaz de la sociedad norteamericana. Todo depende de cómo te levantes ese día.
Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Drew Barrymore, Mary McDonnell, Patrick Swayze, Maggie Gyllenhaal
Sinopsis: Donnie Darko es un chaval que tiene la cabeza fatal: además de andar sonámbulo por los caminos de dios, el tío ve en ocasiones un conejo de metro noventa que le dice, tan guapamente, que el mundo se va a acabar en 28 días y pico. Como Donnie tiene un poquito de esquizofrenia paranoide, todos piensan que lo del conejo son alucinaciones y le dicen al tío que se deje de tonterías y se tome los pastillones de la cabeza de dos en dos. No obstante, una noche, el conejo antropomorfo (que se llama Frank, por cierto) le dice que salga inmediatamente de la casa echando leches, y en ese preciso momento el motor de un avión cae en la habitación de Donnie, espachurrando la cama. "¡Hostias!" dice Darko "el conejo me ha salvado la vida" a lo que Frank responde: "Pues claro, tonto de los cojones. Es que vengo del futuro y sabía que el motor iba a caerte encima. Ahora, ponte las pilas que el mundo se acaba en 28 días y pico" Mmm...¿Será verdad o es que Donnie necesita aumentar la dosis de su medicación?

Cuando te encuentras por la vida con películas como "Donnie Darko" uno no sabe si acaba de ver una obra maestra o una tomadura de pelo. En ocasiones como estas, yo hago caso a Aristóteles, que decía que la virtud está en el término medio, osea, que una miaja de cada cosa. Dicho esto, empecemos con lo malo. Es indudable que todo proyecto de cine independiente posee una carga de inconformismo implícito, más que nada porque narra historias que la gran industria de Hollywood no se atreve a tocar (o si lo hace, le quita toda personalidad). Desgraciadamente, del inconformismo a la pretenciosidad sólo hay un paso y "Donnie Darko" es una película bastante pretenciosa e inflada, que igual para un corto (o varios) hubiera dado mucho de sí, pero para una peli de hora y media se nota bastante la vacuidad de algunos planteamientos, vacío que el director intenta disimular con imágenes bonitas, paradojas temporales y disquisiciones morales que a estas alturas del cuento ya están más que vistos. La influencia de "American Beauty" (Sam Mendes, 1999) es total, sobre todo en ese tono autocrítico del sueño americano y en el concepto erróneo de triunfo que se tiene en las sociedades capitalistas (ahí tenemos al añorado Patrick Swayze, interpretando a un cuentista-filósofo new-age, vendedor de libros de autoayuda con traje y corbata y pervertido en sus ratos libres). La peli pretende analizar también el sistema educativo puritano norteamericano, con escenas sacadas directamente de "El club de los poetas muertos" (Peter Weir, 1989) con Drew Barrymore haciendo de prima-hermana de Robin Williams, que sólo le falta subirse a la mesa y gritar "¡Capitán, oh, mi capitán", pervirtiendo a la juventú con literatura incendiaria y pagando el precio por ello. Y después tenemos una mirada "cómplice" a la adolescencia y su problemática general, con sus inseguridades, sus paranoias, su sexualidad y su acné. Pues bien, estos análisis críticos a la sociedad norteamericana, al sistema educativo y a los ritos adolescentes poseen un nivel de quinto de preescolar, con una profundidad similar a la piscina de los niños chicos, cayendo en planteamientos superficiales y en tópicos mil veces vistos anteriormente, quedando todo muy pretencioso y muy de "cine independiente" pero con más clichés que un episodio de Bill Cosby. Tampoco podemos olvidar el tono conservador que posee la película, propio del partido Demócrata norteamericano, que aunque es menos malo que el partido Republicano de Bush y compañía, defiende una ideología de centro-derecha apoyada en fuertes pilares religiosos. El argumento de la película mezcla sin pudor ciencia y religión, libre albedrío subordinado a la voluntad de dios y a Stephen Hawking con visiones proféticas y mesiánicas. El mensaje de la película bien podría ser éste: "no te preocupes si un agujero de gusano en el espacio provoca el fin del universo, que ahí está dios para mandarnos unas visiones y solucionar la papeleta". Pues no, lo siento, pero yo en el instituto estudié ética, así que no me mezcles conceptos irreconciliables: la ciencia por un lado y las creencias religiosas por otro, y así todos contentos. Otro error bastante molesto (y frecuente) entre los directores que pretenden conectar con la juventud, es dar a algunas de sus escenas una estética de videoclip sacada directamente de alguna serie de televisión de "adolescentes" descerebrados o de un programa de la MTV. Planos secuencias o planos medios a cámara lenta y con una música molona de los 40 principales queda muy bien en la tele, que hay que rellenar todas las semanas 40 minutos de ficción, pero para una película queda fatal.
No obstante, a pesar de todo lo expuesto anteriormente, muchos consideran a "Donnie Darko" una película de culto (yo no, que conste). Y esto es debido a dos cosas: 1º. a la gran fuerza visual que poseen algunas escenas y que generan una atmósfera de irrealidad muy lograda. Y 2º. Porque la película es muy complicada y no la entiende ni dios, y una cosa tan difícil de comprender seguro que tiene que ser buena. La peli tiene elementos de ciencia-ficción con escasa profundidad pero que quedan muy chulos y lo mismo sirven para un roto que para un descosido: paradojas temporales, verborrea pseudocientífica, percepciones extrasensoriales, efectos por ordenador, viajes a través del espacio-tiempo, etc. Bastantes cosas que no tienen una explicación coherente pero que molan mazo.
Y ahora pasemos a lo bueno, que ya toca. Si en algo destaca "Donnie Darko, como ya dije en el párrafo anterior, es en el indudable impacto de la imagen desnuda y en su puesta en escena innovadora. Las escenas son siniestramente bellas, oníricas e incluso surrealistas, con un toque muy "David Lynch", que confiere a la historia una atmósfera de irrealidad sugerente e irresistible. La peli tiene un montón de momentos inconexos, absurdos, surrealistas e ilógicos que te vuelven la cabeza del revés pero que a nivel artístico son geniales, con una estética muy clara y limpia, a tono con el nuevo cine de género, pero muy sombrías y ominosas en el fondo. "Donnie Darko" funciona mejor como película de terror psicológico que como peli de ciencia-ficción y posee muchos elementos de género que potencian ese miedo. Por ejemplo, la carita de loco que pone Jake Gyllenhaal (con esa sonrisa espeluznante) rivaliza con la de Jake Nicholson en "El resplandor" y el horroroso conejo de la suerte tampoco se queda atrás, dando bastante susto y pavor. El miedo a la incertidumbre y al misterio de la cuenta atrás hacia el fin del mundo queda genial, pero desgraciadamente, se ve ensombrecido por toneladas de chorradas pretenciosas para que la gente diga: "oig, desde luego, ésta es una película de autor. Fijo que el "Cahieres du Cinema" le da cinco estrellas". Pero a pesar de sus cosas malas, el núcleo del film es muy bueno y es justo reconocerlo y valorarlo. El film también tiene un fino e ingenioso sentido del humor, pero la mayoría de las veces está encaminado a defender teorías "liberales" (lease de centro-derecha), por lo que se le ve el plumero bastante, pero si es de tu cuerda ideológica, incluso puede que te hagan gracia.
En fin, lector, "Donnie Darko" es una película atípica, misteriosa e interesante, pero con más trampas que una película de Fu-manchú. Para disfrutarla a tope hay que ir separando el grano de la paja, porque paja tiene mucha, pero granos, también.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de LokyManguito.

libro de piedra, El

El libro de piedra (El libro de piedra, 1968, México)
Dirección: Carlos Enrique Taboada
Productora: Producciones AGSA
Guión: Carlos Enrique Taboada
Música: Raúl Lavista
Fotografía: Ignacio Torres
Género: Versión fantasmal de los niños cantores de Viena, con el libro gordo de Petete debajo del brazo. También hay algo de magia negra y lagartos resucitados
Intérpretes: Marga López (la institutriz que es igualita a Sherlock Holmes porque lo descubre todo), Joaquín Cordero (el padre millonario más serio que un sobre de Hacienda), Norma Lazareno (¡Nuestra querida Kitty, la estudiante exhibicionista! que aquí interpreta a una madrastra y sufridora en la vida, con más miedo que un perrito chico), Aldo Monti (el padrino pintor, bohemio, vividor y que maneja fatal, sobretodo cuando lo asustan), Lucy Buj (la niña con más peligro que una caja bombas)
Sinopsis: Julia Septién es una institutriz muy buena persona contratada por un millonario para que le cuide a su hija Silvia, que por lo visto la pobre sufrió un ataque de meningitis y se quedó un poquito trastornada de la cabeza. La niña sólo tiene dos amigos: un cacho lagarto así de grande y un niño llamado Hugo, que por lo visto es una estatua del jardín, esculpida en piedra en un pueblecito austriaco durante la Edad Media. Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí pongo la foto del monumento:


Dos cosas se pueden apreciar de la imagen adyacente. Una: que el niño tiene una sonrisa de cabrón que tira de espaldas; y dos: que en las manos tiene un tocho de libro que o bien es un cómic de Spirou y Fantasio o bien es un libro de magia negra y el nene está planeando alguna maldad. Pues más bien lo segundo, porque la niña se pasa todo el día diciendo que Hugo va a visitarla y que juega con ella a subirse a los tejados de los campanarios, a hacerle vudú a la madrastra o a resucitar lagartos difuntos. Nadie la cree, of course, pero cuando empiezan a aparecer los primeros muertos, todos se acuerdan de Hugo y de la santa madre que lo parió.

Tras el mega-éxito de "Hasta el viento tiene miedo", Carlos Enrique Taboada prosiguió su tarea de enriquecer el cine fantástico mejicano con otra película de terror y fantasmas, dándole una vuelta de tuerca (y nunca mejor dicho) al género de las almas en pena añadiendo un factor nuevo y siniestro: el mundo infantil y su crueldad inherente. Tomando como inspiración la novela de Henry James "The turn of the screw", pero despojándolo de su contenido sexual, Carlos Enrique Taboada estructura un relato trágico y macabro donde los niños son víctimas de la ambición, incomprensión e insensatez de los adultos. No obstante, gracias a una retorcida justicia poética, las víctimas se convertirán en verdugos, movidos por la crueldad y el odio hacia los vivos.
En el reparto del film repiten dos actrices que ya aparecieron en "Hasta el viento tiene miedo" pero en unos registros completamente diferentes. Por un lado tenemos a Marga López, la inflexible y castrante autoridad del internado femenino que en esta ocasión interpreta a un personaje lleno de bondad, ternura y comprensión, la institutriz de Silvia, una mujer que posee una comunicación especial con los niños debido a que ella misma sufrió una experiencia traumática con su propia hija (que aunque en la película no lo aclaran, por lo visto a su niña también le faltaba un hervor y la encerraron en un manicomio, con la posterior muerte de la chiquilla). Julia es la amiga y confidente de Silvia, y aunque en un principio sufrirá las iras de Hugo, el chavea decide perdonarla en deferencia a Silvia. Uno de los momentos más importantes de la película es cuando Julia ve por primera vez la estatua de Hugo: Carlos Enrique Taboada resuelve la escena con unos primeros planos consecutivos y rápidos de la estatua y Marga López, en la que la mujer, poco a poco, se siente seducida y hechizada por la estatua, esbozando una sonrisa cómplice y aportando a la escena mucha ambigüedad y extrañeza. Resumiendo: la convincente interpretación de Marga López demuestra la variedad de registro de esta estupenda actriz. Por otro lado, tenemos a Norma Lazareno, nuestra desvergonzada Kitty de "Hasta el viento tiene miedo", que aquí interpreta a la madrastra de la niña Silvia. Para empezar, señalar que en esta ocasión tiene un mejor estilismo y su peinado la favorece mucho ya que parece incluso más joven que cuando tuvo que interpretar a la estudiante casquivana el año anterior. Su personaje es muy ambivalente, porque por un lado tiene más miedo que un perrito chico y Hugo cabrón la putea cosa mala durante toda la película, lo cual inspira mucha lástima en el espectador; pero por otro lado, sobre todo al final del film, motivada por el miedo, la madrastra se convierte en un bicho malo que intenta subyugar a la niña por la fuerza, entre otros motivos para que Silvia la tome en serio y deje de asustarla con el Hugo de los cojones. Con el cromosoma XY, tenemos al millonario padre de la niña, que representa la autoridad y la inflexible racionalidad (y que al final desencadenará la tragedia) y el padrino, un pintor bohemio chulo-putis, que tomará partido por ambos bandos y al final se llevará palos de todo el mundo. Por último, Lucy Buj interpreta a Silvia, la niña hechizada, aportando a su personaje el grado justo de inocencia y desamparo (a fin de cuentas, la pobre está bajo el embrujo de Hugo y no puede vivir una infancia normal) pero también de crueldad y refinada maldad (dando matarile a todo lo que le molesta, ya sea animal, vegetal o mineral). También la niña es un rato pava, pero en fin, está en la edad.
Pero no nos engañemos, el que corta el bacalao en la película es Hugo, que con su presencia invisible y ominosa, tiene a todo el mundo acojonadito, y a pesar de que su trágica historia inspira lástima, el niño es un egoísta y hará todo lo posible para que no le aparten de su vera a la niña, su única amiga en varios siglos. No obstante, podemos sacar otra lectura, más siniestra y cruel, donde las acciones de Hugo están encaminadas a la consecución del terrible y alucinante desenlace, obra maestra de Carlos Enrique Taboada y que deja al espectador angustiado y con un mal cuerpo a nivel general. Por cierto, Hugo sólo sale dos veces en la peli, pero cuando aparece, es para cagarse vivo del miedo que da.
A nivel técnico, qué te voy a contar, pues que la película se hizo con pocos medios y en un tiempo record (algo habitual por aquel entonces) y que en ocasiones esta precariedad se nota en las localizaciones y en el abuso de diálogos melodramáticos. Pero pasando por alto este detalle, la película tiene de todo: muchos momentos de angustia, miedito, suspense e incluso acción, con rescate de la niña in extremis del techo de una iglesia.
"El libro de piedra" es una gran película de fantasmas que nada tiene que envidiar a su predecesora, ya que su atmósfera, su puesta en escena y su ritmo narrativo es similar a la de "Hasta el viento tiene miedo" pero en esta ocasión "Carlos Enrique Taboada" cuenta una historia completamente diferente, con mucha miga, mucho susto, mucha brujería y con un final para no olvidar.
Por cierto, la tetralogía de fantasmas del director se completa con "Más negro que la noche" (el gato Becquer vs. cuatro mozas jamonas) y "Veneno para las Hadas" (el mundo infantil bajo un prisma de fantasía, miedo y superstición).
Postdata: en el año 2009, Julio César Estrada hizo un remake de la película, por lo cual fue objeto de las iras de los fans incondicionales del film original. Más o menos lo mismo que le pasó a Gustavo Moheno cuando hizo el remake de "Hasta el viento tiene miedo". Pobrecicos, los frikis no tenemos piedad.
Aquí os dejo una escena de la película, cortesía de ecastillo90125.


Y como en toda buena película de terror, la música es un elemento fundamental para aconjonar al respetable público y en "El libro de piedra" el gran trabajo de Raúl Lavista aporta a la historia un toque bucólico, infantil y siniestro. Y para muestra, un video de You Tube cortesía de TheRrrodrigo

increíble hombre menguante, El

El increíble hombre menguante (The incredible shrinking man, 1957, USA)
Director: Jack Arnold
Guión: Richard Matheson (el de soy leyenda) adaptándose a sí mismo de una novela suya que escribió un día
Género: El Pulgarcito de la era atómica (y arañas cabronas)
Intérpretes: Grant Williams, Randy Stuart, April Kent, Paul Langton
Sinopsis: Scott Carey está retozando con su parienta en un barco en mitad del océano y mientras ella baja al camarote a por una cerveza bien fresquita, el pobre Scott se traga entera una nube radioactiva que pasaba por ahí, dejándolo contaminado perdido y además con los pectorales y los biceps llenos de brillantina, que parece que se ha escapado de la cabalgata del orgullo gay de Madrid. Al principio no le da importancia a lo de la nube tóxica, pero pasan las semanas y Scott se está volviendo más chico, en plan osteoporisis pero a lo bestia. El pobre hombre va al médico y después de que éste se cachondee de él, le hace unas radiografías y dice: "hostias, pues es verdad". Mientras los médicos buscan una cura desesperadamente, Scott se va a arrepentir de dos cosas: no haber capado al gato y no haber comprado insecticida para el sótano.

Hoy en día se le llama clásico (del terror o de la ciencia-ficción) a cualquier película con un porrón de años y en blanco y negro, pero no nos engañemos: el término "clásico" hay que ganárselo a pulso, a través de la calidad del film y de su impacto con el paso de los años. Por eso, "El increíble hombre menguante" merece este augusto término, porque derrocha calidad por los cuatro costados y porque se conserva tan bien como Walt Disney es su cámara frigorífica. Más de ¡50! años después de su estreno, la peli no ha perdido ni un ápice de su aventura, fantasía, emoción, dramatismo y terror (¡me cago en las muelas de la araña, qué susto me da!) y todo gracias a la profesionalidad y el buen hacer del genial director Jack Arnold (apoyado por un guión potente de Richard Matheson) creando una obra imponderable cuya sencillez y realismo seguirá impactando a los espectadores de las generaciones venideras del siglo XXII.
A la hora de sistematizar esta película, los intelectuales gafa-pastas solemos colocarle la etiqueta de la ciencia-ficción en el apartado de "género", más que nada porque la base del relato (las putadas que provoca una nube radioactiva en el peatón común), están en la línea de la ciencia-ficción norteamericana de los años 50, con la amenaza de la Tercera Guerra Mundial hasta en la sopa y con el pánico a lo nuclear a flor de piel. Porque la radioactividad es muy versátil, y lo mismo sirve para matar a sangre fría y a distancia a cientos de miles de personas como para hacer mutar a hormigas, arañas, cefalópodos o incluso a mujeres hermosas hasta los 50 pies de altura u más. Pero "El increíble hombre menguante" es mucho más que una película de ciencia-ficción al uso. Por un lado tenemos el drama humano de un señor que se está haciendo pequeñito y a medida que su cuerpo disminuye, también lo hace su autoestima, dañando su vida marital y social y resignándose a convertirse en un espectáculo de los medios de comunicación para no caer en la indigencia. El espectador puede sentir el miedo y la angustia que siente el protagonista porque los médicos son incapaces de curarle (como en tantas ocasiones ocurre en la vida real) y al final se deja vencer por su desesperación, pensando incluso en el suicidio. Por eso, en la primera media hora del film, Jack Arnold le da más importancia al proceso depresivo y a la destrucción de la personalidad de su protagonista que a los elementos de género, lo cual es un acierto, porque predispone al espectador para la metamorfosis mental y espiritual que experimentará Scott Carey durante la segunda mitad del film.
Y a partir de aquí está el tomate de la película y el reclamo comercial que todos estaban deseando ver: las aventuras y desventuras de un hombre reducido al tamaño de una hormiga, que a ver cómo resuelve la papeleta de sobrevivir en un ambiente inofensivo para un señor de metro setenta pero mortal para un familiar de David el Gnomo. Para empezar, tenemos la refrescante sencillez de unos efectos especiales que son más eficaces que mucha porquería digital de hoy en día, con una soberbia puesta en escena y un dominio del trucaje como pocos. Todo el atrezzo es realmente de tamaño super, tanto las tijeras, como los alfileres, como las alcantarillas y demás utensilios del hogar. La ambientación también da mucho juego: unos muebles tan grandes como montañas y una oscuridad total que aumenta la claustrofobia del momento. Y, por supuesto, está esa asquerosa araña a tamaño natural, real como la vida misma y que cuando la vi de niño flipé en colores y mi padre me mandó a mi dormitorio para que no me traumatizase de por vida. ¡¿Cómo podríamos olvidar ese primerísimo plano de la cara de la araña a punto de merendarse al bueno de Scott?! Aquí la película alcanza un grado de terror alucinante, porque no hay nada que asuste más que un bicho gigante decida vengarse por todo el insecticida que le has echado encima.
Pero el verdadero protagonista de la peli es el afán de superación del personaje principal, que como a la fuerza ahorcan, no hay nada mejor para salir de la depresión que un bicho gigante se lance contra ti por motivos gastronómicos. A través de una omnipresente voz en off del protagonista, seremos partícipes de la odisea personal de Scott para defender sus últimos vestigios como ser humano, recuperando su autoestima y las ganas de vivir, ya sea en esta dimensión o en un mundo subatómico con moléculas y amebas. Aunque a veces Scotty se pone a filosofar más que Platón, sus palabras son un acto de reafirmación personal y de convencimiento de trascendencia humana, que en este caso el protagonista atribuye a Dios y que nosotros podemos extrapolar a cualquier credo o corriente filosófica que más nos guste y nos reconforte.
En definitiva, "El increíble hombre menguante" tiene acción, terror, aventura, drama y filosofía de la vida. Hay que verla, aunque después cojas una aracnofobia de campeonato.
Aquí os dejo el trailer del a película (donde, afortunadamente no sale la araña de los cojones), cortesía de justjoined.

Dune

Dune (Dune, 1984, USA)
Dirección: David Lynch
Guión: David Lynch, basado en la novela homónima de Frank Herbert
Música: Genial, muy acorde con el tono profético del film, como "Lawrence de Arabia" pero con gusanos gigantes. Los muchachos que se encargaron del tema fueron Brian Eno, Daniel Lanois y el grupo Toto
Género: Ciencia-Ficción y una epopeya cósmica del copón
Intérpretes: Kyle MacLachlan (el de mujeres desesperates), Max Von Sydow, Francesca Annis, Jürgen Prochnow, Sean Young, José Ferrer, Sting (haciendo el ganso) y Virginia Madsen (que aunque es la narradora de la peli, sale muy poco)
Sinopsis: Resumir "Dune" es injusto, porque después te quedas con un dolor de cabeza y con un malestar general que parece que tuvieras resaca (pero sin el beneficio previo de beber). En fin, allá va, a ver si no me hago la picha un lío...El espacio sideral está organizado en un gran imperio galáctico gobernado por el emperador Shaddam IV, que en teoría es el que manda pero debajo de él hay muchas casas nobiliarias que luchan por el poder. Una de ellas es la Casa Atreides, que son los buenos de la película porque son muy guapos y populares y están desarrollando un arma secreta potente que tiene asustadito al Emperador. Por eso el muchacho ha pensado un plan para cargarse a los Atreides: les ha ordenado abandonar su planeta Caladaan y dirigirse al planeta Arrakis (también llamado Dune), el único lugar del universo donde se recolecta la especie, un mineral clave para el viaje interespacial, porque pliega el tiempo, el espacio y encima expande la consciencia (como el LSD pero en místico). Siguiendo el plan, cuando los Atreides lleguen al planeta y estén ocupados deshaciendo las maletas, el emperador tiene pensado tenderles una trampa y soltarles encima a los Harkonnen, enemigos totales de la Casa Atreides y además un poco degenerados. Este es, a grandes rasgos, el plan del Emperador y además tiene el visto bueno de los auténticos jefes del universo, La Cofradía, que son los que tienen el monopolio de los viajes espaciales y controlan la especie. El único inconveniente es que uno de los buenos de la película, Paul Atreides, por lo visto es un ser superior y sagrado que a golpe de gusano traerá la paz al universo entero. A ver quien es el guapo que le lleva la contraria a una profecía milenaria.

El productor Dino de Laurentiis estaba frito por conseguir un éxito internacional parecido al de George Lucas y sus Star Wars. Desde que Kubrick diera la campanada con "2001: una odisea espacial" a Laurentis se le enciendió la bombilla de lo de la ciencia-ficción y le faltó tiempo para comprar los derechos de la novela de Frank Herbert "Dune", con la intención de realizar un proyecto único, épico, glorioso, magnífico, inconmensurable y trascendental en el cine universal que dejaría la obra de Kubrick a la altura del betún. Involucrados en el proyecto había nombres tan importantes como el de Orson Welles, Alejandro Jodorowsky, Salvador Dalí, Moebius, H.R.Giger e incluso el grupo de rock progresivo Pink Floyd. Cinco años estuvieron mareando la perdiz y al final todo quedó en nada, suspendiéndose el proyecto y a otra cosa mariposa. Y fue entonces cuando George Lucas rompió taquillas con su trilogía de las Galaxias, ante el estupor y la rabia de Dino de Laurentis que no daba crédito a sus ojos ya que un niñato barbudo se le había adelantado al conseguir un mega-éxito de la ciencia-ficción, sobre todo cuando su proyecto de Dune era anterior al de Star Wars. Por eso, Laurentiis llegó a un acuerdo con la Universal para producir una peli de ciencia-ficción que fuera un taquillazo a la par que culta y de calidad. El primer intento fue "Flash Gordon" (Mike Hodges, 1980), adaptación del cómic en clave camp, lo cual supuso un fracaso de taquilla bastante importante. Lejos de desanimarse, Laurentiis se acordó de ese viejo proyecto descartado en los años 70, la ambiciosa adaptación de la novela "Dune", y pensó que ahorita mismo era el momento de llevarla a cabo.
No tengo la menor idea de por qué David Lynch fue el director elegido para este proyecto. Quizás porque era un director joven que sólo había hecho un par de películas discretas pero de gran impacto ("Cabeza Borradora" y "El hombre elefante") y al que se le podría mangonear cuando fuera necesario. Lynch dijo que vale, pero a cambio Dino De Laurentiis debía producirle una segunda película, fuera cual fuese la recaudación en taquilla de "Dune". Afortunadamente ese acuerdo se puso por escrito, ya que "Dune" fue un fracaso en taquilla bastante grande, Dino de Laurentiis se quedó, otra vez, compuesto y sin novio y David Lynch salió de rositas e incluso pudo rodar un peliculón como "Terciopelo Azul".
Entrando ya en harina, "Dune" te puede gustar, te puede asquear o te puede aburrir, pero hay que reconocer que la película es única (tanto en lo bueno como en lo malo). Desde luego, no es un buen film de ciencia-ficción y por supuesto no es una buena adaptación de la novela de Frank Herbert. Para los que no se hayan leído el libro, señalar que la obra es un tocho bastante potente repleto de ideas, conceptos, lugares, personajes e incluso tiene un glosario con un porrón de terminología. La obra de Herbert trata temas tan dispares (o no) como la ecología, la política y la economía y si nos ponemos a rascar, se pueden apreciar los paralelismos con el petroleo y la OPEP. También hay muchas intrigas, complots y tejemanejes en la sombra (por ejemplo, en la batalla final, Paul gana a Sting con trampas). También tiene mucha filosofía de andar por casa y una profunda religiosidad, teniendo muchos puntos en común con el nacimiento y la expansión del Islam en la Edad Media. Pero sobre todo, la novela es un viaje iniciatico del protagonista, Paul Atredeis, que al principio es un adolescente bastante enano para su edad y al final acabará teniendo un niño con Chani y se casará con la Princesa Irulan, eso sin contar con que se hace caudillo de los Fremen, mesías de una nueva religión y libertador del universo. Pues bien, para adaptar todo este compendio inagotable de ideas y conceptos, David Lynch pensó en rodar una película no demasiado larga, de unas 7 u 8 horas. Laurentiis le dijo que nanai del peluquín, así que Lynch dijo que vale, que con 5 horas se apañaba. Como De Laurentiis no daba su brazo a torcer al final dijo, ni pa ti ni pa mí, con 3 horas me conformo. Con estos 180 minutos debajo del brazo, Lynch intentó la tarea imposible de adaptar la novela entera, cosa que no consiguió, por supuesto. Además, para más inri, la productora cambió de opinión y la versión que se estrenó en los cines tenía poco más de dos horas, dejando un montón de material rodado en la cuneta y descontextualizando aún más si cabe la adaptación cinematográfica de la novela. Años más tarde, se estrenó en televisión una versión extendida de la película, con las tres horas de metraje original y además con una introducción de dibujitos que explicaba el nacimiento de la cofradía, de las Bene Gesserit y de los Mentat. Ni qué decir tiene que a David Lynch no le hizo ni puta gracia.
Ver por primera vez "Dune" es un ejercicio de ignorancia, porque no te enteras de casi nada. Es tal la concentración de datos e información que la mitad de las cosas no las pillas y la otra mitad sencillamente no las entiendes. Continuamente estás fuera de la película y a no ser que hayas leído el libro previamente, todo te sonará a chino mandarín. No obstante, parte de lo más evidente de la esencia del relato, la lucha eterna entre el bien y el mal, sí se puede apreciar y disfrutar a tope, porque en eso, la peli es bastante arquetípica: caballeros de brillante armadura que pierden el honor a manos de un traidor pero que más tarde lo recuperarán a base de hostias, masacrando al enemigo. Y si tienes un poquito de conciencia social, también te gustará la parte de la ecología y la crítica a la sobreexplotación de los recursos naturales. No obstante, el universo de Herbert es mucho más rico que eso y es materialmente imposible meterlo en una peli de dos o tres horas.
Después tenemos las burradas propias de la casa Lynch, con sus grotescas abominaciones, sus obsesiones sexuales y sus perversiones varias que espantarán a más de uno y a más de dos. Al director le encanta moverse entre mundos extremos y establecer lazos de unión entre ambos para realzar su peculiar esencia. Mientras que los Atreides de buenos, puros y nobles son tontos perdidos, los Harkonnen son unos degeneraos morales y unos ambiguos sexuales que los mismo le da pelo que pluma (por no mencionar que tienen el cutis fatal). Crueles, sádicos, puñeteros e incluso siniestramente cómicos (El barón Vladimir en forma de globo volador tiene su miga), David Lynch tiene la excusa perfecta para desarrollar todos sus sueños y pesadillas surrealistas en sus variantes más grotescas e indecentes. En "Dune" podemos ver influencias de su opera prima "Cabeza Borradora" tanto en la suciedad física y moral de algunos personajes como en el careto del representante de la Cofradía que sale al principio, que es calcadito al bebé mutante de su primera película. Por no mencionar esos enormes falos-vagina en forma de gusano que, en lugar de formar una comunión natural con la belleza minimalista del desierto, lo que hacen es mancillarla y penetrarla una y otra vez, en un acto constante de violación. Pero es que la cabra siempre tira al monte, y una de las características más llamativas de Lynch (aunque no la más importante) es esa puesta en escena repugnante y repulsiva que no duda en mostrar al respetable público cuando la historia así lo requiere y que da bastante asquito a nivel general.
Aunque "Dune" posee elementos puramente lúdicos propios de la ciencia-ficción (naves espaciales, peleas, rayos láser, bichos gigantes e destructivos...) su carácter sobrio y retorcido no promueven un disfrute descerebrado típico de las space-opera como "Star Wars". Aunque los personajes poseen un toque medieval muy refrescante, el desarrollo de la trama y el mensaje mesiánico y profético del mismo, con todo ese rollo del elegido por los dioses que salvará al universo e impondrá una nueva religión chula, le da a la película un toque muy soso y pretencioso. Hay varias batallas gordas en el film, pero su puesta en escena no es emocionante ni entretenida, simplemente resaltan aspectos de la trama, pero no son escenas de acción en sí mismas: cuando los Harkonnen arrasan la base de los Atreides, lo importante no es la batalla, sino la traición; cuando Paul Atreides y los Fremen atacan con los gusanos, lo que menos importa es el combate, lo que Lynch quiere subrayar es el carácter divino y mesiánico de Paul. Como dije en un principio, esto limita bastante la película y acorta su público potencial, sobre todo entre los más jóvenes, lo cual es una putada para la venta del merchandaising, que los pobres habían hecho una serie de muñecos articulados como los de Star Wars y seguro que no vendieron ni uno: ¿a qué niño le gustaría tener un muñequito del Barón Vladimir Harkonnen, que se pasa el día sobando a delicados muchachitos y que tiene más espinillas que ellos mismos? En fin...
A pesar de todo, "Dune" es una gran película, y lo es por su tremenda fuerza visual y porque el estilo personal de David Lynch está siempre presente en el film. Posee un barroquismo y un "Horror vacui" que no deja indiferente a nadie. Los decorados y la ambientación son los auténticos protagonistas del film y todo gira en torno a ellos: El refinamiento, la elegancia y la suntuosidad de los palacios imperiales, la vastedad y belleza de los desiertos de Arrakis, la frialdad y la inhumanidad de las ciudades-fábrica de los Harkonnen...los escenarios son colosales, diáfanos e impresionantes y a menudo ahogan a los personajes y les arrebata el protagonismo. La estética también es fundamental en el film, sobretodo porque es retorcida y demente y poseen muchas connotaciones sexuales al más puro estilo H.R. Giger. Lynch se adelantó unos años al "Hellraiser" de Clive Barker en utilizar la estética fetichista del cuero negro tan vulgar y tan elegante y sugerente al mismo tiempo. Además, no podemos obviar todos esos objetos y situaciones en los que un Freudiano estaría en su salsa. Pero lo mejor de la película es su atmósfera irreal e imposible, llena de pretenciosidad, impostura y afectación, que otorga al film un aire de cuento para niños siniestro. La interpretación de los actores es anti-natural, fría, ostentosa y a veces hilarante, quedando todo muy bizarro y teatral. Indudablemente, este estilo y puesta de escena desagradará a algunos (bueno, a mucha gente) pero lo que hay que dejar claro es que "Dune" no es así porque David Lynch no supo dirigir correctamente a los actores o se vio superado por una empresa faraonica con cientos de extras, efectos especiales y gusanos gigantes. Al contrario: la visión surrealista y la manita traviesa de David Lynch está en cada centímetro de metraje de la película, pero sin medida y a lo bestia. Seguramente Lynch no era el director indicado para sacar con éxito comercial una empresa de estas características, pero a cambio, y con permiso de los disgustos que se tuvo que llevar Dino de Laurentiis, "Dune" es una obra única, genial y marciana en el panorama del "fantastique" cinematográfico.
Aquí os dejo el trailer de la película, cortesía de Charllotte84.



La verdad es que me dejo varias cosas en el tintero (análisis pormenorizado de los actores, comentar la posterior versión de "Dune" hecha en el año 2000, hacer mención de los múltiples juegos de mesa y de ordenador que ha tenido la película, (por cierto, para mi decimosegundo cumpleaños me regalaron el juego de mesa de "Dune" y estaba muy guay), etc.) pero es que esta entrada se está haciendo más larga que un día sin pan y tampoco es eso.

May

May (May, 2002, USA)
Dirección: Lucky McKee
Guión: Lucky McKee
Música: Potente, por Jaye Barnes-Luckett y un montón de grupos punk-rock indies como The kelly Deal 6000, The Breeders o Alien Tempo experiment 13
Género: Pues una mezcla entre "Amelie" de Jean Pierre-Jeunet y "Mil gritos tiene la noche" del recientemente fallecido Juan Piquer Simón
Intérpretes: Angela Bettis (maravillosa), Jeremy Sisto (salió en "A dos metros bajo tierra") y Anna Faris (que se hizo famosa con películas de humor descerebrado como "Scary Movie")
Sinopsis: May es una muchacha muy especial: es dulce, es tímida, es sincera y lo único que realmente quiere es lo que nunca tuvo: la amistad verdadera. Acomplejada desde la niñez por un ojo vago y por la cabrona de su madre que era superprotectora, su única compañera ha sido siempre una muñeca horrorosa encerrada en una caja de cristal. Pero May ya tiene una edad en la que quiere tener amigos de carne y hueso con derecho a roce y por ahí cerca conoce a un chaval mecánico llamado Adam que es fan de Dario Argento y tiene unas manos muy bonitas. Además, May tiene una compañera de trabajo llamada Polly que es un poco promiscua y constantemente la está invitando a su casa para enseñarle su dormitorio. Pero ni Adam, ni Polly ni el mundo entero están preparados para la sinceridad de May, que en su inocencia abre su corazón para amar y ser amada y sólo recibe a cambio incomprensión, rechazo y burla. Pero May es mu cabezona y va a conseguir un amigo cueste lo que cueste.

Ahora mismo vas a coger un lápiz y un cacho de papel, te vas a apuntar el título de la película y la vas a conseguir sea como sea, porque "May", del director Lucky McKee, es un peliculón como una catedral, una maravilla de película humana y una obra maestra del cine de género. Inclasificable en sí misma y como toda gran obra maestra, "May" es capaz de hacerte reír, de hacerte llorar, de asustarte, de estremecerte, de horrorizarte, de impactarte y de hacerte cerrar los ojos para no ver lo que va a pasar a continuación. Auténtica joya oculta del cine de terror, "May" es uno de esos film de culto desconocidos por el gran público pero con toda una legión de seguidores incondicionales que cuando la vieron se quedaron (nos quedamos) flipados porque el film derrocha genialidad por los cuatro costados. Y dicha genialidad no reside precisamente en la originalidad de la historia que cuenta (cuya influencia clara es "Carrie" o cualquier otra peli de miedo donde salga una muchacha inadaptada social a la que le falte un hervor y que un buen día decide vengarse de la sociedad que tanto la ha puteado) sino por su genial puesta en escena, su impactante y conmovedora mezcla de imagen y música y, sobre todo, por su increíble actriz protagonista, Angela Bettis, que ella solita lleva todo el peso de la película y además lo hace estupendamente.
El ritmo narrativo de "May" no es para nada convencional. La película posee una estructura ágil y dinámica que aporta entretenimiento aunque la trama avance muy lentamente. De hecho, la película da la sensación de que es terriblemente corta (y eso que dura más de hora y media) ya que el director ignora el tradicional esquema de planteamiento, nudo y desenlace para plasmar una historia que no tiene ni principio ni final, como la vida misma, narrando las vivencias de May con una frescura y una heterodoxia que te pilla por sorpresa. De hecho, buena parte de la película podría estar dentro del género de la comedia romántica (con mucho humor negro, claro), en la que apenas ocurren hechos destacables (al contrario, son las cosas más comunes del mundo). No obstante, la puesta en escena está al servicio del punto de vista de May, en ocasiones optimista, ingenuo y luminoso pero otras veces oscuro, siniestro y demente. Este notable e innovador contraste en la puesta en escena provoca muchas emociones encontradas en el espectador, que a veces está viendo una tierna historia de amor y cuando menos se lo espera ¡Zasca! está montado en una montaña rusa demente y bizarra. Porque la película tiene muchas escenas divertidísimas (como la del Punky cuando descubre la sorpresa del congelador), otras muy tiernas (cuando May y Adam empiezan a gustarse) y unas cuantas horripilantes propias de Saw 80 (la escena del colegio, cuando la caja de cristal se rompe, da mucha dentera y repelús). Para conseguir que estas transiciones resulten convincentes, la música juega un papel fundamental, realzando sensaciones o cortándolas bruscamente. Además, la peli tiene un montón de canciones de grupo indies potentes, que le da un tono muy interesante a la película y conjuga muy bien con el espíritu inconformista y gamberrete de la misma, porque si algo tiene la película es mucho mucho mucho humor negro.
Pero de nada sirve la puesta en escena ni todas las canciones de los 40 principales sin una actriz que consiga dar verosimilitud a un papel tan complejo, y ahí está Angela Bettis en una interpretación de Óscar. El personaje de May es demasiado puro para este mundo tan vil y traicionero. Ella es trasparente y terriblemente sincera sin una pizca de malicia, ya que toda la maldad de la muchacha está recluida en la muñeca encerrada en la caja de cristal. Con la ignorancia de la inocencia, May entregará su corazón totalmente y sin reservas, con el único deseo de ser querida al mismo nivel y en exclusiva. Pero al ser traicionada una y otra vez, la inocencia va desapareciendo y el cristal que recluye su maldad se va resquebrajando hasta que al final la muñeca es libre y saca el cuchillo a pasear. Gracias a Angela Bettis, May es tierna, dulce, encantadora, divertida, demente, siniestra, terrorífica y alucinante. Pocas veces un papel ha sido representado de una forma tan compleja y tan sencilla a la vez.
Como ya dije al principio, el argumento no es demasiado original y a mitad de la película ya se ve venir lo que va a pasar al final. No obstante, el final final es tierno y horroroso a partes iguales, con bastante sangre y un poquito de gore y con un toque de irrealidad que hace posible lo imposible, proporcionándonos un "happy end" que no lo es en absoluto.
Por cierto, y ya que estamos, el escritor argentino José Pablo Feinmann asegura que el guión de la película es un plagio de su novela "el cadáver imposible", donde por lo visto hay similitudes con la escena final del film. La verdad es que no he leído la novela (aunque sí la sinopsis) y si se demuestra que hay plagio (aunque yo no creo que sea plagio sino más bien inspiración), espero que gane la demanda y se lleve la parte que le corresponde. No obstante, y como he dicho anteriormente, la genialidad de la película no reside en su historia ni en la grotesca escena final, sino en la puesta en escena del director y en la estupenda interpretación de Angela Bettis, pero en fin...
...poco más puedo decir. "May" es una película fantástica. Tienes que verla, de verdad...
Aquí os dejo el trailer de la peli, cortesía de UnclesBeans.



A continuación, os pongo dos canciones de la película (si quieres saber más sobre el soundtrack del film, pincha aquí.). La primera canción se titula "when he call me kitty", de The Kelley Deal 6000, cortesía de blablablaporsiempre.



Y a continuación os pongo el espeluznante tema central de la peli, compuesto por Jaye Barnes Luckett, video cortesía de vedraville.

Naves Misteriosas

Naves Misteriosas (Silent Runing (aquí la traducción al castellano es perfecta, porque Silent significa "naves" y Runing "misteriosas) (uy, no, que en inglés el adjetivo va delante) 1972, USA)
Dirección: Douglas Trumbull
Guión: Deric Washburn, Michael Cimino, Steve Bochco
Música: Peter Schickele, con dos canciones-protesta de Joan Baez
Género: Ciencia-ficción ecologista y cañera
Intérpretes: Bruce Dern, Cliff Potts, Ron Rifkin, Jesse Vint y tres niños (o enanitos) que simulan ser robots chiquitines
Sinopsis: El futuro de la humanidad está fatal. En nuestra inconsciencia, con tanta contaminación, tanta guerra y tanta leche, nos hemos cargado la fauna y la flora de la Tierra entera. Afortunadamente a un lumbreras se le ocurrió meter algunos árboles y animales en unas naves espaciales y lanzarlas al espacio profundo, concretamente a la altura de Saturno, a ver como escampa el temporal para reimplantar los bosques en un futuro cercano en la misma Tierra. Pues bien, a cargo de las naves espaciales hay unos astronautas que son unos garrulos que no tienen sensibilidad ni saber estar, excepto uno de ellos, Freeman Lowell, el jardinero de la nave, que es un ecologista pero a lo bestia. Todo es muy bonito pero un día de estos desde la Tierra les dicen que lo del rollo ecológico se ha acabado, que se deshagan de los bosques y los animales y que traigan de regreso las naves espaciales. Es en este momento cuando a Freeman se le va la pinza del tó, porque le ha cogido mucho cariño a los bosques y si tiene que elegir, que les den por culo al resto de los astronautas, al alto mando y a la Tierra entera.

"Silent Runnig" es una de esas películas que a nivel técnico han envejecido bastante mal pero que a nivel ideológico su mensaje ecologista está más vigente que nunca. Manda cojones que hoy en día las grandes empresas y sus lacayos en los medios de comunicación y en los partidos políticos intenten negar lo innegable: que la emisión masiva del dióxido de carbono de las fábricas está dañando el planeta cosa mala y que del cambio climático no nos va a salvar ni la madre que nos parió. En lugar de invertir en el desarrollo de nuevas fuentes de energía no contaminantes, los muy cabrones siguen exprimiendo el planeta en busca y captura de combustibles fósiles, y si no, te dicen que la fuente de energía más limpia y segura es la energía nuclear y se quedan tan panchos. La codicia de unos pocos y la apatía del resto de la población tarde o temprano tendrá una consecuencia lógica, que es más o menos la que sale en esta película: la destrucción paulatina y completa de la naturaleza y, lo que es peor, que a nosotros, los hombres y mujeres modernos, nos importe un pimiento, porque o bien queda mucho tiempo todavía para que eso ocurra o bien si el daño ya está hecho ¿para qué sirve lamentarse?
"Naves misteriosas" cuenta la trágica historia de la estupidez humana: incluso al borde del abismo, preferimos lo fácil y práctico antes que lo natural y auténtico. Ante la desesperación de perder los últimos vestigios de naturaleza, los humanos decidieron preservarla lejos de la contaminación del planeta, pero pasado el tiempo y viendo que en la Tierra se puede vivir perfectamente sin tanta planta ni tanto bicho, deciden dejar de perder dinero manteniendo un jardín botánico en el espacio que a efectos prácticos no sirve para nada. La historia cuenta la odisea de un individuo para preservar la belleza perdida cueste lo que cueste. El personaje interpretado por el actor Bruce Dern, Freeman ("hombre libre"), más que un astronauta-ecologista parece un profeta de una religión a punto de extinguirse, desesperado ante la estupidez de sus semejantes que no quieren o no saben apreciar la auténtica belleza. De ahí que sus palabras y sus acciones sean en ocasiones excesivas, fanáticas e incluso dementes. Pero en el fondo, Freeman es dolorosamente humano y en él pesan sentimientos y emociones. El pobre se siente solo junto a sus compañeros astronautas (e incluso junto a sus cohetáneos) porque sus valores son completamente opuestos, y únicamente se sentirá realizado preservando y dando vida. Paradójicamente, para defender la vida tendrá que arrebatársela a otros y cuando por fin está sólo con sus plantas y su naturaleza verde, descubre que la compañía humana no es tan mala en el fondo y no sólo intentará crearse unos nuevos amigos cambiando la programación de los pequeños robots de mantenimiento, sino que él mismo cometerá los mismos errores que sus antiguos compañeros garrulos. Freeman no es un villano pero tampoco es un héroe: simplemente es un hombre idealista con una causa perdida y por ella vivirá, matará e incluso morirá. Por todo esto, el comportamiento de Freeman es muy polémico y discutible, porque entramos en jardines donde nada es blanco o negro y sí hay muchos matices de color gris.
Como dije en un principio, los efectos especiales han perdido lustre con el paso de los años y las naves de la peli, más que misteriosas son un pelín cutres, que cantan a maqueta una barbaridad. Pero como no hay mal que por bien no venga, tanta nave, tanto traje y tanto robot hortera le dan un toque kitsch a la película bastante resultón. No obstante, que nadie se asuste, que el director no es Ed Wood y sus hilos de pescar, sino Douglas Trumbull, que se encargó de los efectos especiales de "2001: una odisea en el espacio" de Kubrik y más tarde haría los de "Blade Runner". Probablemente lo que aquí falla es el presupuesto, que tampoco sería para tirar cohetes.
¡Pero que da igual, que aquí lo que importa es el mensaje! Por ello, "Naves Misteriosas" es una película de culto, herencia de un movimiento hippie que ya estaba en su recta final pero con unos valores inmortales trasmitidos por la bella voz de Joan Baez, gran cantante y mejor persona. Tal vez "Silent Running" (título de una canción de Baez) no sea la mejor peli de ciencia-ficción, pero es innegable que es un film único, por su espíritu combativo y por su mensaje tan necesario hoy en día.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de Swbono.



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Scott Pilgrim contra el mundo

Scott Pilgrim contra el mundo (Scott Pilgrim vs.The World, 2010, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido)
Dirección: Edgar Wright
Guión: Edgar Wright y Michael Bacall basado en el cómic de Bryan Lee O´Malley
Género: ¿Un videojuego con forma de película o una película de videojuegos?
Intérpretes: Michael Cera, Mary Elizabeth Winstead, Ellen Wong, Chris Evans
Sinopsis: Scott es un piltrafilla bajista de un grupo de punk-rock amateur de Toronto, que tiene el corazón roto desde que su novia lo dejó hace un año. Actualmente sale con una chavala de 17 años, ante el espanto de todos sus familiares y amigos, que le llaman asaltacunas a la cara, pero que no cunda el pánico porque lo único que hacen es cogerse de la mano y dar paseos. Pues bien, los dos están muy agustito con este bonito amor platónico cuando un buen día aparece una tía con el pelo color magenta llamada Ramona Flowers, muy misteriosa y enigmática ella, y el pobre Scott se enamora hasta las trancas, sin saber el insensato que para poder salir con ella tendrá que vencer a sus siete ex-novios, muy rencorosos ellos y con unos superpoderes muy chulos. Toronto ya no es lo que era.

"Scott Pilgrim contra el mundo" es otro intento fallido de adaptar un cómic al cine, o más concretamente, trasladar literalmente el lenguaje del cómic al cine. La peli esá basada en una colección de tebeos del canadiense Bryan Lee O´Malley, cuyo estilo es el característico del cómic japonés (u manga), mezclando el género romántico (o soho, con sus triángulos amorosos y sus emociones desbordantes), el humorístico (con su comedia cafre y excesiva y sus elipsis abusurdas (muecas imposibles, que el personaje se caiga de espaldas ante una sorpresa, goterones de sudor gigantes, etc)) y el de acción y hostias limpias, con sus golpes imposibles, sus millones de líneas cinéticas y sus combates coreografiados al más puro estilo de Bola de Dragón. O sea, fifty-fifty, mitad-mitad, todo genialmente mezclado, con una forma y un ritmo narrativo que queda de lujo en el papel impreso, pero que a la pantalla no se puede llevar literalmente, porque si no falla el asunto. Y es aquí donde falla la película. Y antes de que te cagues en mis muelas por decir tamaña herejía contra una de las grandes obras cumbres del frikismo de todos los tiempos, permíteme que puntualice: la peli está chulísima, con ese genial humor absurdo y alocado, con todas esas batallas increíbles y coloridas y con esos alucinantes efectos especiales, pero, a nivel cinematográfico, la película no es una buena historia, o dicho de otra manera, la trama queda silenciada por el estruendoso despliegue de los elementos secundarios del film, que en lugar de realzar la historia, la sustituyen. La peli empieza muy bien, con un equilibrio entre la historia intimista de Scott Pilgrim y los efectos especiales frikis, quedando una historia muy fresca y original sobre la madurez y las relaciones de pareja, con una atmósfera cínica y un poco absurda que le otorga a la película agilidad, estilo e interés: las onomatopeyas de los sonidos, los textos de apoyo, los diálogos rápidos e ingeniosos sin pretenciosidades o imposturas... todo esto le da a la película una frescura "teen" sin ser cursi o descerebrada, apoyado por la sutiliza y la belleza de las escenas oníricas, como la de los columpios bajo la nieve. Por suerte o por desgracia, todo esto cambia fulminantemente cuando empieza el primer combate. No sólo el equilibrio sino la más mínima coherencia desaparecen cuando el tímido y debilucho Scott Pilgrim empieza a dar puñetazos y patadas como un poseso, dando saltos de kilómetros de altura y atravesando paredes a hostia limpia. Ejem, perdón ¿me he perdido algo? ¿le ha picado una araña radioactiva? ¿es una metáfora, un sueño, una historia imaginaria? De golpe y porrazo "Scott Pilgrim contra el mundo" pasa de ser una comedia friki a una película de superhéroes potente, sin ningún nexo razonable que una ambos estilos. Y llegados a este punto, las aventuras costumbristas y románticas de Scott Pilgrim pierden su razón de ser para ser sustituidas por unos espectaculares fuegos artificiales con mucha violencia de videojuego, mucho humor absurdo, muchas escenas surrealistas sin la más mínima lógica interna y promoviendo la locura más apabullante y vertiginosa que te puedas imaginar. ¿Esto es bueno? ¿es malo? Si entendemos el cine como la narración de una historia coherente, sin duda es malo. Pero si entendemos el cine como una experimentación de sensaciones, la película es una gozada total.
La espectacularidad y el humor de este film nacen del exceso. Todo está grotescamente exagerado y cada escena es un "más difícil todavía". La película sabe a gloria bendita para el friki de manual, porque en ella podemos ver elementos visuales no sólo del mundo de los videojuegos, sino también de los cómics de super-héroes, de las pelis de acción, de los animes hiper-violentos e hiper-divertidos o del humor cafre de mangas como el Dr. Slump. Todo ello mezclado sin orden ni concierto, de la forma más llamativa y espectacular posible, sin dar ni un segundo de respiro al espectador que viendo la película se siente como en una montaña rusa de emociones.
Si el apartado de los efectos especiales merece un 10 como una catedral, el de los personajes desgraciadamente merece una nota inferior. A excepción de Scott Pilgrim (como feucho perdedor) y la encantadora Knives Chau, la novia china de Scott (como encantadora y alocada groupie), el resto de personajes apenas están desarrollados. Para empezar, no se puede ser menos expresiva que Ramona Flower, que uno se pregunta cómo se ha podido enamorar tanta gente de ella, porque es un rollo de tía. La peli tiene un montón de secundarios interesantes (la hermana, el compañero de piso gay, el resto del grupo, etc) pero apenas están esbozados, cayendo en el tópico o en el absurdo, restando verosimilitud al microcosmos personal de Scott Pilgrim y quedando como chistes recurrentes entre pelea y pelea.
En fin, "Scott Pilgrim contra el mundo" es una película divertidísima y espectacular, aunque la historia que pretende contar resulte floja e incoherente. Si te gustan las superbatallas con muchos efectos especiales, el humor absurdo y delirante, el frikismo y la cultura popular, el universo iconográfico de los videojuegos de los años 80 y la música punk-rock independiente, ésta es tu película.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de adictoalfilmtres.